Ya están aquí: las ciudades del mañana se viven hoy
Es tiempo de repensar la organización y el diseño de las ciudades o centros urbanos. Así lo han entendido muchos desarrolladores y arquitectos que se la juegan por planificaciones y estilos que comienzan a resultar en una tendencia: mejorar el orden, disminuir los tiempos muertos que provocan el tráfico y otras situaciones por aglomeraciones, resaltar la función de los espacios verdes, cuidar el medio ambiente y no dejar de lado el confort, la comodidad ni la seguridad. En fin, mejorar la calidad de vida de las personas a través de nuevos espacios de convivencia.
Puede ser con grandes espejos de agua, contextos naturales de importante envergadura como reservas ecológicas y parques, códigos de estética y una arquitectura que entrevera la modernidad, el futuro, con espacios que respetan su forma y esencia original (flora, fauna, paisaje).
Se insiste en esa conexión de lo natural con lo moderno, porque es un objetivo primordial que persiguen los diseños de estas nuevas ciudades y espacios urbanos. Visualmente, se debe poder encontrar esa dualidad, pero sin ser una cuestión invasiva, sino más bien en los detalles, que, de alguna manera, siempre terminan siendo el quid de la cuestión.
Ciudades compactas: “de 15 minutos”
Una de las guías para la conformación de los nuevos espacios urbanos que miran al futuro es el concepto de ciudades compactas o “de 15 minutos”, nombre que se les da debido a la idea de poder movilizarse a los puntos claves de la ciudad en ese tiempo determinado. Por puntos claves, se entiende lo más significativo de una rutina, como puede ser el trabajo, el colegio, el centro comercial y los mercados para abastecerse, además de las plazas o espacios de esparcimiento al aire libre.
La principal característica de este tipo de ciudades es la concentración de población en una menor densidad geográfica, pero con una planificación que permita el correcto funcionamiento y una convivencia ideal, sobre todo desde el orden antes expresado.
El crecimiento urbano controlado genera mayor diversidad en el uso del suelo, menor emisión de dióxido de carbono, con oportunidades de transporte y movilidad más saludables. Se entiende que si los lugares más importantes a los que se debe acudir se encuentran a una distancia de 15 minutos, a pie o en bicicleta, se puede prescindir de los vehículos impulsados mediante motores de combustión.
Innovar identificando las necesidades de cada individuo o habitante
Aplicar una visión de futuro no necesariamente tiene que ver con la tecnología que se implementa, el estar a la vanguardia o ser revolucionario pensando en el mañana. También puede darse al identificar qué necesidades existen en la población y cubrirlas de la forma más eficaz posible. En ese sentido, los nuevos espacios de urbanización buscan atravesar a las personas de tal manera que se puedan canalizar sus habilidades y perspectivas.
Eso es justamente lo que se busca con la inclusión de instituciones educativas, médicas, centros de investigación, deportivos, de concientización y hasta capacitación, entre otros, denominados “puntos de anclaje”. En estos distritos tampoco pueden faltar tiendas, restaurantes, oficinas, el color verde, actividades al aire libre ni la naturaleza como protagonista de los sitios destinados al ocio de la población.
La inclusión de tecnología como ventaja: ciudades inteligentes
Una de las certezas que tienen quienes planifican los nuevos sitios y espacios urbanos, que servirán como plataforma hacia el futuro, es que las ciudades inteligentes deben ser uno de los conceptos claves a desarrollar. Ya en la segunda década del siglo XXI, todo se rige según análisis de datos, buscando automatizar funciones y simplificar tareas de la vida cotidiana. A lo que se le dice “microgestiones a través de algoritmos”. Esa información, empleada correctamente, puede acelerar las planificaciones de los entornos urbanos.
Aunque es normal que todavía exista cierto resquemor respecto a cómo se recopilan los datos, porque no queda claro cuándo se otorga o no el permiso, las ciudades inteligentes podrían juntar datos individuales de forma completamente anónima, es decir, sin invadir aspectos de la propiedad privada ni intelectual de cada individuo. Esto abre una puerta a un funcionamiento con sistemas automatizados que serían capaces de responder de forma dinámica y muchas veces en tiempo real a las necesidades o demandas de la sociedad en su conjunto.
Espacios verdes y zonas azules: conceptos entrelazados y con un rol preponderante
Las zonas azules son áreas de las ciudades que han sido diseñadas específicamente para promover la vida saludable y, de esa manera, prolongar la vida misma, ya que uno de los pilares de la longevidad es mantener el cuerpo activo, en funcionamiento.
Existe una variedad de prácticas de diseño e ingeniería que se utilizan para lograr estos objetivos. Algunas investigaciones incluso sugieren que las áreas que están diseñadas como zonas azules registran una menor incidencia de cáncer, así como menos casos de enfermedades cardíacas, alzhéimer y demencia. Además, si se agrupan las zonas azules de todo el mundo, da como resultado el porcentaje más alto de población de entre 90 y 100 años.
Requisitos de estas zonas particulares
Cada zona azúl debe incluir, necesariamente, entornos transitables y pensados especialmente para que los peatones sean quienes los aprovechen. Es fundamental utilizar y optimizar el espacio vertical, para minimizar la congestión a nivel de la calle.
En cuanto a los espacios verdes, su definición es más fácil de suponer o descifrar. Se centran en el aspecto logístico de la planificación urbana moderna, en consideración con el medioambiente. Las ciudades del futuro, que ya empiezan a ser del presente, deben expresar un compromiso respecto a las problemáticas medioambientales. De todos modos, su primera acción en favor del medioambiente va implícita en el diseño y en los espacios que se proponen, así como en los códigos urbanos de cada construcción y vivienda.
Las bicisendas, los caminos con prioridad al peatón, espacios abiertos, terrenos con jardines, plazas principales y centros comerciales al aire libre no pueden faltar. Además, es importante darles lugar a fuentes de energía alternativa para alimentar la producción y el día a día en la ciudad. Esta medida representa no solo un guiño a la cuestión ambiental, sino una significativa disminución de costos en la construcción e implementación de infraestructura general, pensando en poder desarrollar mucho más el aspecto estético, que, sin dudas, tiene gran relevancia.
Ejemplos de nuevas ciudades y espacios urbanos innovadores
Hay ciudades que llevan adelante las novedades mencionadas, respecto a una urbanización supuestamente futurista, pero más cerca de lo que parece De hecho, en Argentina existen proyectos que refieren a este tipo de sociedades. Nordelta es un buen exponente, Nuevo Malagueño, en Córdoba, es otro y se suma a ellos la creciente ciudad de Puertos, en Escobar. A nivel mundial, se destacan famosas ciudades de 15 minutos en China (Shangái y Cantón), Dinamarca (Copenhague) y también Estados Unidos (Portland).