Vencer las ganas de quedarse en casa

En muchos casos las bajas temperaturas traen consigo cierta desmotivación frente a las rutinas de ejercicios. Es así que cuando los días se hacen cortos y las horas de sol son pocas, quedarse en casa viendo una película o tomando un café parece ser un buen plan. Sin embargo, esta época también es un gran momento para mantener activo el estado físico o incluso mejorarlo. El entrenamiento en invierno representa una serie de beneficios que no se encuentran en el verano. Es por eso que conocerlos hará más fácil mantener la constancia.

En este sentido, hay que partir de que el cuerpo se adapta a los días fríos. Es decir, al disminuir la temperatura corporal el organismo realiza un mayor gasto de energía. Este esfuerzo no solo aumenta el rendimiento, sino que también genera una base de cara al verano. No obstante, es muy importante tomar ciertas precauciones a la hora de llevar adelante las rutinas. Una de ellas está relacionada a los tiempos de calentamiento. Estos son totalmente diferentes a los del verano. Por otro lado, también existen algunos consejos muy útiles para conocer cuál es la ropa adecuada para ejercitarse.

Entre otras cuestiones, tanto los cambios de temperatura como los virus contagiosos que circulan, pueden ser uno de los problemas de esta época. Frente a esto, realizar ejercicio en estos meses de frío ayuda a mejorar el sistema inmune.  De esta manera, si se lleva adelante un entrenamiento equilibrado y constante es posible desarrollar tales defensas. Por otro lado, el estado emocional también es otro aspecto importante en relación al invierno. Los días nublados y cortos pueden generar cierta sensación de malestar. Es así que el entrenamiento es una gran opción para disfrutar del aire libre, liberar estrés y sentirse mejor.

Qué precauciones tomar al entrenar con bajas temperaturas

Si bien entrenar en la época más fría del año trae una larga lista de beneficios, también es necesario tener ciertos cuidados ante los diferentes factores de estos meses. Ya sea por cuestiones de vestimenta, calentamiento, calzado o demás, hay que comprender que las condiciones en el invierno cambian y por lo tanto también hay que proteger el cuerpo. Una de estas cuestiones radica en la hidratación. Aunque la temperatura no sea alta, el cuerpo también libera sudor. En este sentido, es necesario beber mucha agua antes, durante y después de la rutina sin importar la sed. No obstante, las necesidad del cuerpo de hidratarse será menor.

Por otro lado, los horarios también juegan su papel. Es así que la franja horaria recomendada para realizar ejercicio es al mediodía. De esta manera, será posible exprimir la mayor cantidad de horas de luz natural y buena temperatura. En otros aspectos, la alimentación es un asunto relevante. Al salir a entrenar con el estómago lleno, el organismo deberá realizar un trabajo extra en la digestión. Es por eso que se aconseja comer algo suave para poder tener un buen ritmo de trabajo y efectividad en el mismo.

En cuanto a la ropa seleccionada para realizar ejercicio, lo ideal es encontrar algo que abrigue correctamente pero que a la vez no incomode. Hay que recordar que no solo es necesario aislar el cuerpo de las bajas temperaturas, sino también encontrar una vestimenta que evite la humedad y favorezca a la transpiración. Una recomendación puede ser vestirse en capas. Es decir, sobre el cuerpo colocarse prendas de fibras sintéticas, por ejemplo. Estas permiten evacuar la transpiración y no generan humedad. Como segunda capa, una ropa que retenga el aire caliente. Por último, una tercera prenda para protegerse de factores como la lluvia o el viento.

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5 aspectos positivos de entrenar en invierno

Aunque el frío puede ser un gran enemigo para realizar ejercicio, existe una gran cantidad de razones para no abandonar el entrenamiento. Conocé cuáles son los beneficios de continuar con la rutina en invierno.

Mejora el rendimiento y permite quemar más calorías

Los factores que proporciona el invierno, generan diferentes consecuencias en el organismo humano. Muchas de ellas están relacionadas al ritmo cardíaco y también a la hidratación. En este sentido y gracias a estas incidencias de la estación, los atletas pueden mantener un buen ritmo durante un periodo más extenso.

Es así que al entrenar en estos meses es posible ganar rendimiento y mejorar la condición física. En esta misma línea, tanto la quema de calorías como el gasto energético son mayores. Por otro lado, si la intención es adelgazar el proceso también se acelera.

Permite una mejor hidratación

Si bien la hidratación es un aspecto a tener en cuenta a lo largo de todo el año, hacer ejercicio en estos meses tiene sus beneficios. Es así que en invierno el cuerpo transpira menos y la sed también es menorEsto se debe a que la pérdida de agua se da en cantidades más pequeñas en comparación con el verano y el peligro de deshidratación también disminuye. Esto no quiere decir que no hay necesidad de beber agua antes, durante y después de la rutina. Sin embargo, ahora mantener una buena hidratación es más fácil.

Compensar la alimentación

Naturalmente, los hábitos alimenticios en meses de invierno varían y puede ocurrir que las calorías aumenten. Por lo tanto, continuar con la actividad durante este periodo es fundamental para lograr compensar ese consumo de calorías. De esta manera, al mantener la constancia será posible evitar aquel posible aumento de peso

Favorece el estado emocional

A medida que las horas de luz solar disminuyen y el frío se apodera de los días, puede ocurrir que la monotonía genere cierta sensación de malestar. En este sentido, las actividades físicas al aire libre son una gran oportunidad relajarse y liberar estrés.

Es así que mantenerse en movimiento y en contacto con la naturaleza aumenta los niveles de endorfina. En consecuencia, es posible sentir esa sensación de satisfacción luego de la rutina diaria. Además, las actividades físicas también pueden tener su lado divertido. Cuando se entrena de forma grupal, es posible socializar y disfrutar de momentos compartidos.

 

Crear una rutina positiva de cara al verano

Cuando el entrenamiento se lleva adelante de manera regular y sin sobresaltos, se puede conseguir una gran condición física para el verano. En este sentido al no abandonar la rutina, en aquellos meses calurosos será mucho más fácil mantener la constancia. Esto se debe a que el cuerpo ya estará preparado para ese momento. De esta manera también se evita aquella preparación exigida pocos meses antes del verano, la cual tampoco es recomendable.