Desde que el humano comenzó a construir o al menos a refugiarse de la intemperie y las criaturas que lo acechaban, en las etapas iniciales de la humanidad, recurrió a las piedras como cobertura. Las cuevas y cavernas solían ser agujeros entre piedras de enorme tamaño y a pesar de los siglos que transcurrieron entre medio hasta llegar a la arquitectura moderna, la piedra sigue siendo un elemento fundamental para dar forma a los hogares. Por supuesto, las fachadas con piedra de hoy en día nada tienen que ver con cuevas o cavernas, pero la presencia del elemento es incuestionable.
Decantarse por fachadas con piedra suele ser una elección segura y con variantes
Se trata de un material brindado por la naturaleza, prácticamente inagotable, porque materiales pétreos hay en cantidad y en la mayoría de los territorios del mundo. Sus beneficios son muchos y en combinación o puestos al servicio de un diseño ejecutado por profesionales de la arquitectura pueden resultar en fachadas de gran nivel, no solo estético, sino funcional a toda la disposición del terreno y entorno en el que se emplaze la construcción. Además, en los últimos años, las fachadas con piedra se han vuelto una alternativa en la cual los costos bajaron considerablemente, lo que las acercó y las convirtió en accesibles para casi cualquier bolsillo.
La disminución en los costos potenció a las fachadas con piedra
Cuando esta tendencia de revestir las fachadas con piedra comenzó a irrumpir en el mercado, el costo que conllevaba afrontar su implementación era bastante abultado. Se debía principalmente al manejo y trabajo sobre la piedra, además de que su transporte generaba también una inversión importante. Sin embargo, los últimos años han sido explosivos para este formato y mucho tiene que ver en ese crecimiento de popularidad, la baja que han sufrido los materiales. Hoy es sin dudas una opción posible para cualquier persona que afronte una construcción o remodelación del hogar.
El cambio fundamental se dio en la forma de cortar la piedra, ya que ahora se hace en delgadas láminas, que son mucho más fáciles de transportar y lo mismo para colocar sobre las paredes. Además, las piedras falsas son todavía más baratas que las naturales y su calidad se ha perfeccionado, alcanzando formas y aspectos de muy buen nivel, que pueden ser fácilmente confundibles con piedras naturales.
Piedras naturales o artificiales: beneficios y características de cada opción
La llamada piedra falsa o piedra artificial, es una mezcla de concreto que se vuelca en moldes de piedras naturales y se acaba con más de una decena de pigmentos que tienen el fin de darle ese color característico de una piedra y asemejarlo lo más posible a tonos y colores originales. Su proceso de fabricación se ha perfeccionado tanto que se han convertido en una alternativa más que válida y muchas personas las prefieren hasta por encima de las piedras naturales, ya que suelen contar con mayor cantidad de variantes y se puede optar por un diseño más personalizado.
Otros beneficios que destacan a esta opción de "imitación", es que se trata de un material mucho más ligero y eso facilita su transporte y colocación. Actualmente los diseños arquitectónicos las incorporan sin ningún tipo de recelo, ya que como se dijo, el nivel de detalle con el que cuentan verdaderamente las hace parecer piedras naturales.
Piedras artificiales para decoración de interiores
Su aplicación no solo se da en exteriores, sino que por su característica de liviandad en peso y facilidad al ponerlas sobre los muros o paredes, muchos las eligen para revestir el interior de un ambiente. Generan una visión de elegancia y distinguen cualquier diseño de interiores, aunque generalmente si se colocan en interior, se hace para cubrir porciones inferiores de las paredes, algo más arriba del zócalo, como un detalle.
El catálogo de estilos es muy amplio, con diferentes modelos y muchos colores a disposición. Se pueden utilizar para revestir paredes de cocinas, baños, escaleras, chimeneas, salones comunes y por supuesto patios o jardines. Esta funcionalidad tanto de exterior como interior, ha sido significativa para el aumento de la utilización de fachadas con piedra.
Las ventajas de la piedra natural
Al igual que en cualquier discusión sobre un material o alrededor de cualquiera sea el tópico, lo original siempre tendrá algo de superior por sobre la imitación. Es que sin piedra natural, no habría piedra artificial o falsa en este caso, entonces si una opción es consecuencia de la otra, quiere decir que la versión natural o inicial debe de poseer muchas ventajas para que intente ser replicada.
La apariencia de la piedra natural, por mucho que la falsa haya mejorado, sigue siendo un punto a favor. Pues nada más parecido a realidad que lo real, ¿cierto?. La laja de piedra natural por ejemplo, presenta colores muy difíciles de simular, por sus sombreados e imperfecciones típicas que le dan un toque especial al acabado y que es propio de años de erosión, de procesos naturales imposibles de repetir a la perfección por la mano humana.
Otra de las claves de las fachadas con piedra natural, es la durabilidad. ¿Han intentado alguna vez romper una piedra? no es algo para nada sencillo y la mayoría de las veces es imposible si no se utilizan herramientas específicas para ese objetivo. Por su parte, las piedras falsas son un producto elaborado en un taller, a base de concreto y eso quiere decir que su consistencia es algo más fragil y de hecho, es importante manejarlas con cuidado ya que pueden llegar a sufrir roturas ante manejos o golpes bruscos. Esto también provoca que en cuestión de mantenimiento, las piedras naturales sean mucho más fáciles de sostener en el tiempo que sus imitaciones.
Algunas desventajas de las fachadas con piedra natural
Si bien las piedras naturales para colocar en la fachada exterior son una gran alternativa, no es tanto una posibilidad para el interior del hogar, ya que en general su aspecto es algo más rústico y quizás difiere si se trata de un estilo de diseño más moderno. Claro que si es posible colocarlas en diseño de interiores, pero nuevamente hablando de costos y facilidades, las piedras artificiales ganan en este punto.
Aunque, de todas formas, la mayor desventaja que presenta la piedra natural, además de su costo más elevado, que puede aumentar si se trata de un tipo de piedra de la cual no hay registros en la zona donde se planea construir, es la falta de variantes. Precisamente porque no muchas veces los tipos de piedra están al alcance o porque simplemente la piedra no encaja por completo en la visión final que se planea para la fachada. En los estilos más modernos, suele haber una estética más cuidada y en donde los acabados sean armónicos, tanto simétricamente como en tonalidades y formas. Todas esas decisiones, son mucho más fáciles de planificar con las piedras artificiales, ya que se puede elegir entre una lista de opciones mucho más larga y en la cual hasta se puede personalizar la forma y el color de la piedra que se desea.
La decisión final, quedará en cada una de las personas que se disponga a construir o renovar su fachada. Es importante hacer una comparación de precios, calidad y potencial de los materiales que se eligen, siempre en función del diseño que se haya planteado. De igual manera, las fachadas con piedra siguen imponiéndose y sea cual sea la variante que se elija, en líneas generales es una elección acorde a las tendencias de arquitectura moderna.