Nuevos espacios urbanos: ¿Qué son y por qué toman relevancia?
El mundo en el que vivimos ya no es el mismo que antes. De hecho, cada vez cambia y se transforma con más velocidad, modificando también nuestro día a día, nuestros hábitos, costumbres y necesidades. Y si el mundo cambia, lógicamente, los lugares que transitamos en el cotidiano también deben hacerlo.
Las ciudades son los espacios donde fluye la trama urbana y la danza cotidiana se desarrolla haciendo funcionar las cosas. En las últimas décadas, un crecimiento exponencial acompañó el progreso que, llegado cierto punto, denotó los principios de un potencial colapso.
Justamente por esto, las tendencias más recientes de un tiempo a esta parte han comenzado a fijarse en otro tipo de planificaciones que resulten no solo más efectivas, sino también más saludables y beneficiosas para quienes las habitan. Diseños que integren lo natural a las ciudades, eliminen la contaminación en todos sus tipos, acorten los tiempos muertos, agilicen los traslados y promuevan hábitos que realmente potencien la calidad de vida y no al revés.
Se multiplican los nuevos espacios urbanos
Numerosos ejemplos existen y se ven cada vez con más frecuencia. No solo en nuevos desarrollos que contemplan esta filosofía en sus planos iniciales, sino también en muchas ciudades del mundo que intervienen y recuperan muchos de sus espacios comunes invadiéndolos de verde y de nuevos usos, mejorando lo ya existente y reformulándolos para siempre.
Pensando en su importancia, a la vista para todo aquel que sea consciente del mundo que habita, el experto Rubén Pesci, Arquitecto doctorado en Sustentabilidad y Regeneración Urbana en la Universidad Politécnica de Madrid, decreta con contundencia: “Estos espacios tienen una importancia enorme, ya que si se hacen bien contribuyen a la sustentabilidad en todos los aspectos. Es un desarrollo económico que brinda un hábitat inteligente a la gente. A veces más caro y otras más barato, no necesariamente tiene que ser de gran lujo”.
Un diseño para la salud
Lejos de tener que ver solo con una cuestión estética, estos nuevos espacios que contemplan la inserción de lo natural en un permanente contacto con la vida cotidiana, se enfocan primordialmente en causas mucho más trascendentes: la salud, el confort y el bienestar.
Si pensamos entonces en el contexto, es evidente que los desafíos climáticos no encuentran mucha respuesta en la aglomeración de autos, el caos del tráfico y las grandes edificaciones ineficaces y anacrónicas. Por el contrario, afectan directamente a profundizar los problemas de ambiente que influyen directamente sobre la vida de las personas, su calidad de vida y su buen estado de salud.
Diseños que permitan evitar el colapso del tránsito, promuevan y faciliten el transporte activo, favoreciendo la salud física y mental de toda la comunidad e incorporen espacios comunes con preponderancia de verde, estructuras de agua y sectores de sombra, son entonces una gran parte de la solución a este problema.
Un estilo de vida en contacto con lo natural, más pausado, con menos niveles de estrés, más relajado, con opciones para disfrutar del aire libre con confort y sin preocupaciones, y trasladarse sin apuros ni contratiempos peligrosos, es sin dudas un estilo de vida mucho más saludable.
Plantas, flores y bienestar
El aislamiento forzado que vivió el mundo en los últimos años, produjo en contraposición con aquellas consecuencias negativas, la intención de poner el foco en comprender y observar no solo cómo hacer para volver a vincularse y convivir de una mejor manera, sino también cómo aplicar mejores hábitos y rutinas que acompañen una vida mejor.
En este sentido, numerosos estudios se concentraron en pensar la revinculación con lo natural como un upgrade de esta nueva era del planeta. Entre ellos, un ejemplo cercano puede encontrarse en el Instituto de Floricultura del INTA, que asegura tras una interesante investigación que el contacto con plantas y flores en espacios verdes tiene un efecto positivo en las emociones, ya que brindan sensaciones de calma, armonía y bienestar.
A partir de allí, claro, la incorporación a la vida cotidiana de elementos como jardines verticales, cuadros vivos y techos verdes, ya no responden o impactan solo en la visual y el paisajismo puramente estético, sino que responden a la solución de una demanda profunda y estrechamente ligada a la felicidad de las personas.
Si se corre el eje de este tipo de vegetación considerada solo como objetos ornamentales, a formar parte vital en el desarrollo de nuevos espacios urbanos, con usos comunes, espacios verdes y funcionalidades varias, sin dudas la dinámica de las ciudades podrá ligarse a un estilo de vida ampliamente superior.
Proyectos de recuperación urbana
Cuando se piensan en este tipo de desarrollos, es muy común hacerse rápidamente la idea de proyectos paisajísticos detalladamente planificados para su perfecta integración con el entorno urbano. Sin embargo, en muchos casos, estas obras vienen a revitalizar un espacio ya existente y actualmente en desuso.
El exponencial crecimiento de las ciudades, los cambios en los comportamientos y los avances tecnológicos, provocan que rápidamente muchos espacios queden inservibles y en el olvido. Y allí es donde aparece la recuperación urbana, para aplicar reformas que no solo los revitalice sino también los transforme en piezas clave de estas urbes modernas.
High Line Elevated Park (Nueva York)
Entre los principales ejemplos del mundo, esta obra del paisajista Piet Outdolf sea tal vez la más emblemática y renombrada, siendo uno de los proyectos que marcó el punto de referencia para esta tendencia. Se trata de un jardín elevado que se extiende por 2 kilómetros a lo largo de las vías de una antigua línea de ferrocarril de la ciudad.
Durante todo su recorrido se destaca por un perfecto juego de colores y texturas entre las que sobresalen numerosas especies de vivaces, gramíneas, arbustos y pequeños árboles. Su emplazamiento y puesta en valor, no solo ha servido como un atractivo y relajante camino peatonal completamente funcional, sino también como una gran atracción turística que se ha convertido en una visita obligada para todos aquellos que visiten la Gran Manzana.
Parque Bishan-Ang Mo Kio (Singapur)
Durante los años 60’ la rápida urbanización obligó a construir numerosos canales y drenajes de hormigón que redujeron la mayor parte del espacio verde del parque y quitó el lugar para todo tipo de naturaleza. Sin embargo, a partir de una iniciativa propuesta hace ya más de una década, se realizó una renovación total del espacio, restaurando el flujo natural del agua que lo hace libremente como un sistema de arroyos naturales y alrededor de los cuales se ha erguido el parque, generando una recuperación de la flora y fauna autóctona.
Esta y otras obras también diagramadas en Singapur, son un claro ejemplo de la apuesta de esta ciudad por convertirse en una ciudad sostenible y mimetizada con el medio ambiente.
Taiyuan Botanical Garden (Taiyuán)
Un estudio austríaco fue el encargado de desarrollar este proyecto sobre una antigua mina de carbón en la capital de la provincia china de Shanxi. Hoy este terreno se ha convertido en un jardín botánico que, además de por sus colinas, lagos, pasarelas y cascadas, se destaca por tres invernaderos abovedados cien por ciento cohesionados con el entorno. Allí, gracias a que se alcanzan condiciones climáticas óptimas, se han podido cultivar diversas plantes de distintos rincones del planeta, en otra clara demostración de las bondades de este tipo de nuevos espacios.
Vía Cordillera (Monterrey)
Este último ejemplo, paradigmático por cierto, lo aporta el especialista Pesci: “Hay muchos ejemplos de gran calidad en donde se ha podido congeniar esto: la naturaleza y la evolución económica. Sin embargo, por elegir uno, quisiera nombrar el emprendimiento Vía Cordillera en Monterrey México, una metrópolis de 15.000 habitantes en donde propusimos un plan de descentralización, de una ciudad multipolar”, describe el Presidente de la Consultora CEPA.
Enseguida, desarrollando esta explicación, agrega: “El 50% de la superficie de Vía Cordillera se destina a espacios comunes y verdes, con espacios recreativos, estacionamientos cómodos, cambiándole totalmente la vida a los usuarios. La ciudad tiene un núcleo de universidad, servicios, tecnología, escuela y residencias, todo un espacio donde no circulan autos dentro, sino que estacionan por debajo del nivel de la tierra y no se mueven. Sobre esto, hay encuestas que determinan que la gente saca el auto una vez por semana, generando un cambio positivo inmenso en la movilidad de una metrópolis”.
Ciudades del futuro
Partiendo de este caso en México, el disparador para unir la implementación de nuevos espacios urbanos que promuevan una mejor calidad de vida con el desarrollo de nuevas ciudades que contemplen en sus planificaciones integrales estos elementos y todo lo necesario para hacer de lo cotidiano una rutina más placentera, es absolutamente inmediato.
“Si hablamos pensando en el futuro, mi consejo es la ciudad pequeña, la ciudad inmediata, compacta y peatonal”, concluye Pesci al respecto, guiando sin dudas a una misma conclusión acerca de lo necesario y positivo de estas reformas en el mundo que vivimos y las ciudades que habitamos, desde hoy y hacia el mañana.
Espacios verdes y zonas azules
Estos dos conceptos principales se vinculan directamente con los nuevos espacios urbanos. Lejos de extravagancias en sus definiciones, los primeros destacan por su compromiso medioambiental y su preponderancia natural. Mientras tanto, las nombradas zonas azules son áreas pensadas especialmente para promover la vida saludable y mantener el cuerpo activo, uno de los principales factores de la longevidad.
Ambas, por supuesto, parten de la premisa de estar incorporados al diseño inicial de las ciudades que componen.