Una ciudad del futuro en el desierto: The Line

Hay una idea de mundo en el que la tecnología concreta avances impresionantes, en donde el futuro se mezcla con el presente y la urbanización cambia radicalmente, con conceptos sociales de orden, tráfico, empleo y más, que van en búsqueda de una mayor y mejor calidad de vida.

Ese mundo se vuelve cada vez más real cuando se conoce lo que ocurre con The Line, la impactante ciudad que se está levantando en el desierto de Arabia Saudita, una planificación al detalle que permite abrir una ventana a lo que parece ser una tendencia en los próximos años.

¿Cómo es The Line?

Cuando se dice que The Line es una ciudad en el desierto, es porque literalmente se trabaja sobre un mar de arena gigantesco y, acorde a las imágenes que se conocieron, parece que terminará siendo la capital de una película de ciencia ficción ambientada 100 años en el futuro.

El proyecto prevé la creación de dos edificios enfrentados que alcanzan los 500 metros de altura y los 170 kilómetros de largo, mientras que se separan entre sí por un espacio de 200 metros. En ese espacio convivirá una sociedad que, según lo anunciado, podría albergar a 9 millones de personas.

El arquitecto Germán Pérez Biello, especializado en herramientas BIM y diseño paramétrico, explica lo que significa un proyecto de estas características: “Es un desafío desde lo técnico y constructivo. Una obra pensada para ser terminada en 50 años, que trascenderá las generaciones”, y refiere: “Las superestructuras planificadas son monumentales y obligarán a la estrecha coordinación de equipos de trabajo de construcción y diseño gigantescos, planteando nuevos desafíos tecnológicos y logísticos”.

Su nombre es una clara referencia a la imagen que representa el proyecto. “The Line”, que traducido sería “la línea”, se debe a su forma de pasillo, que se aprecia mejor con tomas aéreas.

Todas las construcciones estarían conectadas por pasarelas, puentes y otros elementos que corren a través de esa línea trazada en el desierto, pero que también alcanzaría terrenos costeros y montañosos del país arábico. Sin embargo, ¿es viable todo eso? Germán contesta: “Las soluciones, aun en etapa de propuesta, a los desafíos de la administración de los flujos de personas, transporte público y mercancías serán puestas a prueba en un concepto de ciudad a mitad de camino entre la Ville Radieuse de Le Corbusier y los manifiestos del Team X y Archigram”.

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El valor ecológico

La construcción de The Line supone un paso adelante en la conciencia social respecto al cuidado del medio ambiente, o al menos esa parece ser la idea. “Priorizar el espacio público y zonas verdes, proporcionar medios eficaces para las comunicaciones y reducir el tráfico urbano es una propuesta interesante. Es revivir los puntos fundamentales de la arquitectura moderna, con una estética renovada y futurista”, menciona Pérez Biello.

A eso se le suma que, según lo anunciado, no existirán autopistas ni calles, por la sencilla razón de que no habrá autos para evitar las emisiones. Pero eso no resentirá la movilidad, ya que, para ir de un lado a otro de la ciudad, habrá un sistema de transporte 100% sostenible.

Además, toda la ciudad, incluyendo suministros de agua y luz, funcionará con energía 100% renovable y el 95% de la tierra estará destinada a espacios naturales. Incluso, se comenzó a construir sobre una superficie de solo 34 kilómetros cuadrados para ayudar a que la huella de infraestructura y carbono se reduzca lo más posible.

The Line y el concepto de “Ciudad moderna”

La modernidad es uno de los conceptos claves en la proyección de The Line: “Será como las ciudades de Brasilia y Chandigarh, el concepto moderno de mitad del siglo XX ‘para una nueva sociedad, una nueva ciudad’, un símbolo político y económico”, expresa el arquitecto con un posgrado en Modelado de Edificios con Información (BIM).

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Además, explica lo que significa para Arabia Saudita: “Es una muestra de que dejará su pasado exclusivamente petrolero para abrirse a las energías renovables y nuevas tecnologías. Una carta de principios de una nueva sociedad saudí”. Y afirma: “Su legado es posicionar globalmente a Arabia Saudita como un centro mundial de comercio y tecnología”.

Organización inteligente

En cuanto a la estructura de este centro urbano del futuro, hay que decir que se plantea bajo los parámetros de una ciudad inteligente. Estará dividida en módulos donde los habitantes tendrán acceso a los servicios básicos e instalaciones necesarias para una vida de calidad, en un radio de 5 minutos a pie.

En el caso de que se desee salir de dicho módulo, la ciudad ofrecerá herramientas de inteligencia artificial que transportarán a las personas para poder recorrer la ciudad entera, de un extremo a otro de la línea, en apenas 20 minutos.

Sobre la tecnología desde el punto de vista arquitectónico, Pérez Biello marca: “La gestión de la ventilación y el control solar y el manifiesto explícito de obtener una construcción con cero emisiones son elementos prioritarios construyendo en un ambiente extremo como el desierto. Será sorprendente cómo harán los estudios de arquitectura seleccionados para llevar adelante el proyecto, porque la escala gigantesca de las obras requerirá un nivel de coordinación solo alcanzable con herramientas BIM, lo que, a su vez, generará un gran impulso en la industria y el desarrollo de gestión de obras mediante estas herramientas”.

Las mentes detrás de The Line

El proyecto tiene como principal responsable al príncipe Mohammed bin Salman, quien le dio entidad al llamado proyecto Neom para ser la organización artífice de este ambicioso plan urbano. Para asegurar la construcción de The Line, dispuso un presupuesto de 500 mil millones de dólares y todo forma parte de una iniciativa que en Arabia Saudita se conoce como Visión 2030, ligada a lo que explicaba antes Germán sobre la diversificación del país respecto a sus activos.

Ubicación estratégica

La ciudad futurista se construye en la zona de Tabuk, noroeste de Arabia Saudita, al norte del Mar Rojo, al este de Egipto y al sur de Jordania. Esa locación permite que se pueda llegar en avión en un máximo de seis horas desde el 40% de los países del mundo.

¿The Line es el camino?

Todo lo que gira alrededor de The Line es impactante, y desde su visión profesional, Pérez Biello reflexiona: “A nivel del impacto ambiental, ¿cómo influirá en su entorno una construcción compacta de 170 km que parte en dos el ecosistema? ¿Qué efectos imprevistos tendrá la fachada vidriada reflectante? ¿Cómo lograrán integrarse con las poblaciones locales?”.

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Y sentencia: “Hay muchos interrogantes, pero los grandes avances de la humanidad se han dado tomando decisiones arriesgadas; la arquitectura debe plantear desafíos primero y dar soluciones después. Es la clave para ir hacia adelante”.

Lo que sigue a The Line

The Line sería solo el inicio, porque Neom ya tiene otros proyectos a cargo, igual de futuristas. Los tres que se han dado a conocer son: Oxagon, un complejo industrial flotante; Trojena, que será la opción de montaña, con pista de esquí, ciclismo, deportes acuáticos y más; y la más lujosa, Sindalah, una isla en el Mar Rojo repleta de experiencias de alta gama