Un estado mental que ganó más respeto luego de la pandemia

Con el paso de los años cada vez más personas tienen en cuenta la importancia de la salud mental. Asuntos como la ansiedad son mencionados con mayor regularidad, permitiendo que sean tratados de manera temprana con profesionales de la salud. En este sentido,  también con la pandemia, el confinamiento y otros factores muchas personas presentaron síntomas característicos de ansiedad. Esto no quiere decir que sea un problema extremadamente grave, sin embargo como cualquier otro aspecto de la salud es importante tenerlo en cuenta para controlarlo.

En muchos casos ocurre de manera frecuente que algunos pensamientos dan vueltas y vueltas en la cabeza sin poder ser frenados. Se sufre por hipotéticas cosas que quizás nunca lleguen a ocurrir o se exageran algunas situaciones casuales dotándolas de carácter negativo. En este sentido, los momentos en donde se perciben sentimientos de temor o inquietud incontrolable están relacionados con la ansiedad. Por otro lado, es importante comprender que tener ansiedad es diferente a tener un ataque de ansiedad. Este último es más extremo y puede representar un malestar aún mayor. Allí se puede sentir que se aceleran la respiración y las palpitaciones, como también así sensaciones de falta de aire.

En esta misma línea, problemas de ansiedad pueden ser recurrentes ante situaciones que generan mucho estrés o tensión. Sin embargo, cuando la ansiedad comienza a afectar las tareas cotidianas es muy importante prestarle mayor atención. No obstante, sea cuál sea el nivel que se maneje, nunca está de más tratarla con un o una profesional de la salud mental. Por otro lado, si te estás preguntas cómo trabajar personalmente estos episodios, existen algunos métodos que pueden ayudarte. Entre ellos se encuentran técnicas de respiración para calmarse. También es útil intentar comprender que existen situaciones que pueden sobrepasar las capacidades propias. Además, evitar consumir cafeína o alcohol de manera regular puede ayudar a bajar el estrés.

Cuáles son los síntomas de la ansiedad

Si identificar la ansiedad representa una dificultad, existen algunos síntomas que se presentan con regularidad. Es por eso que tenerlos en cuenta puede ser útil. No obstante, cabe aclarar que estos son posibles síntomas, es decir, no necesariamente por tener algunos de ellos una persona es diagnosticada con ansiedad. Como ejemplo, los problemas para dormir es uno de los posibles síntomas. Aquellas personas a las que les cuesta mucho quedarse dormidas o no logran descansar correctamente de manera regular pueden tener ansiedad. Por otro lado, aspectos físicos también entran en juego. Cuestiones como tensión muscular, problemas digestivos y dolores de cabeza pueden estar relacionados a la salud mental.

Por otro lado, también se pueden presentar algunos síntomas ligados a la dificultad para concentrarse, la irritabilidad fácil o a la sensación de tristeza constante. En este sentido, cuando los pensamientos invaden la mente, es posible que generen una incomodidad de forma continua con uno mismo. Por otro lado, cabe señalar que no es recomendable comenzar a evitar aquellas instancias que generan ansiedad. Es decir, cuando se tiende a dejar de salir realizar las compras, ir a eventos sociales o asistir a reuniones porque generan nervios, estrés u otras emociones.

En esta misma línea, es clave recordar que los niveles de ansiedad pueden ser varios. A veces cuando es leve resulta más difícil percibirla como ansiedad. En cambio, aquellas situaciones donde se presenta de manera severa es fundamental dedicarle el tiempo necesario. Es por eso que cuando se percibe una sensación de falta de aire, presión en el pecho o aceleración del ritmo cardíaco hay que recurrir con mayor necesidad a un profesional, ya que la gravedad es mayor y puede ser un ataque de ansiedad.

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3 mecanismos para calmar estados de ansiedad

Cuando se perciben síntomas de ansiedad, existen algunos mecanismos que pueden ayudar a tratarla. Si bien estos dependerán de cuestiones personales y el desarrollo de un trabajo mental propio, son métodos que se pueden ir perfeccionando. A continuación podrás conocer tres formas claves.

Intentar controlar el estrés

Como se mencionó anteriormente, el estrés suele estar muy ligado a la ansiedad. Es por eso que saber controlarlo resulta fundamental. Entre los aspectos a tener en cuenta se ubica dedicarle al cuerpo y a la mente las horas de descanso necesarias. También compartir los sentimientos y estados de ánimos con otras personas contribuye a descargar. Otra opción es aprender a organizar el tiempo, ya sea de estudio, trabajo o simplemente libre. Esto garantiza separar los espacios para poder concentrarse correctamente en cada uno. En la misma línea, cuando los tiempos están bien organizados, también es posible comer de manera saludable.

Conocer qué te relaja

Existen algunas técnicas de relajación que pueden ayudar notablemente a enfrentar el estrés. Algunas de ellas están relacionadas a las técnicas de respiración. De esta manera, es muy bueno concentrarse en tomar aire por la nariz lentamente; sentir como se llenan los pulmones de aire; retener durante unos 3 segundos el aire y soltarlo de manera paulatina. Relacionadas a la misma, la meditación también puede ser muy útil. Por otro lado, encontrar música para relajarse o conectarse con un entorno natural, es otra buena manera de trabajar la ansiedad.

Hablar con uno mismo

Cuando la ansiedad se apodera de los pensamientos, muchas ideas negativas llegan a la mente. Es por eso que identificar cuál es el estilo de aquellos pensamientos contribuye a frenar un poco esa vorágine interna. A veces los pensamientos dirigidos a uno mismo son mucho más violentos o insensibles en comparación a los que se tienen con otras personas. Estos aspectos relucen en el lenguaje utilizado por ejemplo.

Por otro lado, si bien dependerá de cuál es el desencadenante de la ansiedad, es útil intentar recordar a uno mismo que no se puede tener control de todo. Hay cosas que pueden sobrepasar las cargas y no por ello debe significar un problema del que uno debe hacerse cargo o sentirse mal. En esta misma línea, también es necesario tener en cuenta que la perfección es inalcanzable, por lo tanto es posible que muchas cosas no salgan como vos quieras.

La importancia de realizar terapia

A medida que la ansiedad alcanza niveles mayores, resulta fundamental saber que la terapia puede ser una gran ayuda. Los profesionales de la salud mental están capacitados para tratar muchos de estos casos, por lo tanto puede ser un gran alivio comenzar a trabajarlos.

De esta manera, a través de estas sesiones es posible comprender la relación entre aquellos pensamientos y los síntomas que afectan a la vida cotidiana. En ese sentido, luego de identificarlos se puede comenzar a reducir su efecto, ocurrencia, como también su intensidad.

Finalmente, un detalle a tener en cuenta es que la terapia representa un proceso. Es decir, son cuestiones que deben ser trabajadas de manera paulatina. Por lo tanto, no se producirá un cambio instantáneo que modifique la vida. En muchas ocasiones, a partir del paso de algunos meses es posible tener mayor control sobre los sentimientos y pensamientos propios.