Hay muchos estudios realizados que afirman que los mejores momentos para entrenar son bien temprano por la mañana o bien, a última hora de la tarde, cuando cae la noche.
Que dicen los estudios y las especificaciones según biorritmos: ¿es mejor entrenar de día o de noche?
Si trasladamos la incognita hacia la estación más calurosa como es el verano, esos dos puntos de entrenamiento son de alguna manera los únicos viables, ya que se recomienda, ante altas temperaturas, no entrenarse en la franja horaria que va desde la media mañana a casi el fin de la tarde (10:00 - 18:00). Las recomendaciones de entrenar de día bien temprano o de noche, cuando ya el sol no azota con sus rayos, se debe a una protección del cuerpo ante justamente la hostilidad de los rayos UV y lo que el calor puede generar, sea deshidratación, golpes de calor, insolación y más.
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Volviendo a los resultados que arrojan los estudios sobre el mejor horario para llevar a cabo un entrenamiento físico, teniendo en cuenta el clima del verano en particular, hay que marcar que lo fundamental tiene que ver justamente con la temperatura, pero en este caso hablamos de la temperatura corporal. El nivel de calentamiento que alcanzan los músculos es lo que estipula el momento clave para una práctica física, siendo las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, el inicio de la noche, las ventanas de tiempo en que se logra la temperatura ideal. Aquí es donde se introduce el concepto de biorritmos y se enaltece la importancia del reloj biológico.
Cuál es la función del reloj biológico y por qué es tan importante
El reloj biológico es lo que regula los estadíos del cuerpo y por ende, quien marca cuando es el mejor momento para un esfuerzo físico o no. La temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y el metabolismo basan su funcionamiento en este controlador natural que cada persona tiene y que por supuesto, no es igual para todos. Se podría decir que no todos los cuerpos tienen el mismo huso horario.
¿Cómo saber entonces cuál es el mejor horario para entrenar?
Esta variación del reloj biológico de cada cuerpo, se da en base a las actividades que una persona en particular realiza y también a las situaciones que se le presenten. Por lo tanto, si es mejor entrenar de día o de noche, es una cuestión difícil de dilucidar y la respuesta saldrá de las vivencias personales de cada uno. El estrés, trabajo, la alimentación saludable o no, el buen descanso (calidad del sueño), relaciones interpersonales y otras aristas de la vida cotidiana, pueden influir en el ritmo biológico o biorritmo, así como en el estado mental, esencial también para que el cuerpo responda de la mejor manera a los estímulos físicos.
Pero entonces, todo esto ¿qué quiere decir? bueno, significa que el mejor horario para entrenar, es el que le siente mejor a cada persona, de acuerdo con todas las actividades, rutina y situaciones que afronte en el día a día. Sin embargo, para poder encontrar una definición finalmente sobre si es mejor entrenar de día, es decir temprano por la mañana o más bien a últimas horas de la tarde, ya cuando se hace de noche, se pueden establecer algunos puntos de comparación. En esas ventajas y desventajas de cada horario, puede estar la respuesta definitiva para la elección del mejor horario para entrenar.
Ventajas de entrenar de día
Hay un dicho que dice que al que madruga, dios lo ayuda, pero en esta oportunidad no tiene que ver con un poder superior ni con la religión, simplemente con el hecho de entrenar en horario matutino y recibir los beneficios que tiene el ejercitarse en ese momento. Existen personas a las que comenzar el día temprano por la mañana les cuesta mucho menos, quizás por acostumbramiento o porque prefieren estar activos en las primeras horas del día y probablemente sean esas personas quienes prefieran entrenar durante el día y la mañana más específicamente.
De todos modos, están también aquellos que hacen el esfuerzo por levantarse temprano y comenzar el día entrenando, utilizando ese estímulo físico como el mejor método para activar el cuerpo y enfrentar luego todas las tareas que haya por delante. Ahí, en esa activación que se realiza para recargar energías de cara al resto del día, está el primer beneficio.
Más beneficios de entrenar por la mañana
Además de ser perfecto para las personas que aman despertar temprano y comenzar su día con energías provistas por actividad física, precisamente por la liberación de endorfinas que repercute directamente en el humor, el entrenar por la mañana tiene otras ventajas por sobre los demás horarios. En verano, aprovechar las primeras horas del día para entrenar es una forma de evitar los momentos de mayor temperatura, porque todavía el sol no ha subido lo suficiente. Si comienzas el día entrenando, también contarás con el aporte reciente del desayuno y no cargarás con los contratiempos del día, que pueden resultar agotadores para cuando llegue la noche.
En el caso de que el entrenamiento sea en un lugar a puertas cerradas, es decir donde la injerencia del clima no es tanta, igualmente entrenar bien temprano por la mañana permitirá mayores libertades, porque son horas en las cuales no suele acumularse gente, ya sea un gimnasio público o algo más exclusivo. Finalmente, estudios en el tema han arrojado datos sobre los niveles de hormonas anabólicas (testosterona) y como estos son más elevados durante el día, en particular la mañana, por lo que puede ser muy funcional en cuanto a entrenamientos de fuerza.
Ventajas de entrenar por la noche
Así como hay personas a las que les gusta madrugar, hay otras que no son amigas de la idea de comenzar tan temprano el día. Probablemente para ellos, lo mejor sea reservar el entrentamiento para el final de la tarde, cuando llega la noche y la temperatura ya disminuye, el sol no es un problema y tampoco hay nada más que hacer que entrenar, porque el día comienza a concluir. Eso último es uno de los beneficios más destacados del turno noche, porque luego de entrenar, solo queda descansar y recuperarse, siendo el tiempo de descanso algo elemental para una buena condición, tanto del cuerpo como de la mente.
La temperatura muscular llega a su punto más alto cuando la tarde cae y aparece la noche, por lo que aquí hay una ventaja biológica respecto de este momento del día para entrenar. Así como lo es también la posibilidad de eliminar el estrés del día con ejercicios, descargando todo lo que uno acumula quizás en la rutina.
Tal como se mencionaba antes, luego de entrenar por la noche solo queda descansar y ese descanso será mucho más placentero probablemente, porque el cuerpo se relajará por completo luego de una sesión de entrenamiento y desgaste. Esto se da porque al ejercitarse se incrementan las pulsaciones y se enciende el sistema nervioso, lo que termina generando un estado de excitación, que luego se transforma en un natural agotamiento o cansancio.
¿Cuál será el veredicto?
Poner el despertador temprano o finalizar el día entrenando, esa decisión final queda en poder de cada quien que esté del otro lado. Lo cierto es que cualquiera sea el horario elegido para entrenar, lo más importantes es justamente eso, mantener el cuerpo en movimiento y cuidarse a través del ejercicio.