Cómo cultivar en verano y primavera

La lechuga se cultiva hace unos 2.000 años y es la de las hojas verdes la más popular, por eso se sabe que es un cultivo de clima fresco, por lo que debe ser plantada a inicios del verano o primavera. No te preocupes que es un proceso sencillo.

Con respecto al tipo de tierra, no es recomendable hacerlo en superficies secas o arcillosas, en el caso de tener un lugar así, se puede optar por agregar compost casero. Es importante saber que la tierra debe mantener siempre buena humedad.

El crecimiento de la lechuga se adapta a macetas y cajones, mientras se respete una distancia de 30cm entre cada una, se suele colocar en hilera. Por último se recomienda cuidar que no le llegue sol directo, ya que crece mejor con luz de menor intensidad.

Al momento de la recolección, se saca seleccionando las hojas verdes desde el tallo hacia arriba, suavemente con algo de filo, dejando el medio tallo y la raíz en la tierra. Esto te permitirá seguir sembrando sin volver a plantar.

Tipos de lechugas

Se dice que existen alrededor de 200 tipos, de los cuales podemos encontrar:

  • Romana: De las más comunes en las verdulerías, es conocida por sus largas hojas y su gran nervio central.
  • Escarola: Hojas más rizadas, tallos ramificados y un sabor bastante amargo, se dice que su mayor estado de calidad es en el invierno.
  • Hoja de roble: Se caracteriza por sus hojas en tonalidades marrones o rojizas, es más suave en sabor y se dice que aporta mayor Omega 3 que otros tipos de lechuga.
  • Iceberg: Redondas y muy crujientes, son verdes por fuera y tiene un color blanco a medida que vas sacando sus hojas. No tiene un alto aporte en nutrientes como las demás pero lo positivo es que, debido a su aspecto de cabezas cerradas, se conserva por varios días sin ningún problema.
  • Batavia: Verde brillante con la sensación de verdadero fresco, ya que es 95% agua, es mantecosa en textura y de las menos ácidas. Algo negativo es que se oxida con facilidad.
  • Cogollos: Es un tallo pequeño que le sobresalen hojas superpuestas a lo largo. Debido a su forma, se suelen realizar muchas recetas con ella, como por ejemplo la de simular la masa de un taco y agregar variedad de ingredientes adentro.

Todos los tipos de lechuga necesitan de cierta atención para poder conservarlas hasta consumirlas. Es recomendable primero elegir una en buen estado apenas compramos, mirar bien el color y la textura de sus hojas, y al llegar a casa, lavarlas bien para luego poder guardarlas en un lugar húmedo y fresco, manteniéndolas alejadas de las frutas, o en algún recipiente aparte, ya que se pueden alterar mas rápido.

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Beneficios de consumir lechuga

Su característica más destacable es que contiene gran cantidad de agua, un 94% la mayoría de ellas, lo cual facilita la correcta hidratación del cuerpo, muy recomendable para el verano o días calurosos. Además, tiene buen aporte de minerales como potasio (264mg/100g), calcio (35mg), fosforo (26mg), y magnesio (16 mg). Con respecto a los nutrientes: vitamina A (970 mcg en forma de carotenoides), del grupo B (con un contenido en acido fólico de 21mg), C (8mg) y E (0,06mg).

Tiene un alto poder saciante y gran cantidad de fibra que ayuda al proceso de funcionamiento digestivo. Ayuda a eliminar toxinas y depurar el organismo, brinda energía, mejora la circulación y reduce los niveles de colesterol. Como si no fuera poco, la cantidad de minerales que aporta ayuda a enfermedades como la anemia.

También se dice que baja la ansiedad y el estrés, ya que contiene lactucarium, una sustancia que actúa como calmante ante el sistema nervioso, lo cual puede ayudarte a mejorar las horas de sueño y descansar mejor.

Recetas con lechuga más allá de la típica ensalada

  • Tacos de cogollo con pollo, morrones y salsa césar.
  • Huevos rellenos de lechuga, atún y guacamole.
  • Rissoto de espárragos con lechuga
  • Spaghetti con pesto de lechuga
  • Tortilla de lechuga con queso y variedad de condimentos