Buenos aires como ciudad representa el punto máximo de las oportunidades y de la magnitud urbana en Argentina. Sus calles, edificios, el movimiento que tiene, la distinguen además como una de las ciudades más codiciadas y buscadas por los turistas latinoamericanos principalmente, pero de muchos otros destinos del mundo también.

Sin embargo, para aquellos que viven inmersos o en mayor cercanía, este brillo puede no verse como tal. Como se dice, al estar tan cerca de las luces, cualquiera se puede encandilar, pero para no perder noción de lo que la ciudad puede entregar en virtud del turismo, a continuación se destacan alternativas para sentirse un viajante más dentro de la capital.

Comenzá el día en un palacio

No hay nada mejor que comenzar el día en un lugar como el Park Hyatt, reconocida cadena hotelera que en Buenos Aires tiene un plus, porque se emplaza en un edificio histórico y hermoso por donde se lo mire: el Palacio Duhau. Allí se pueden aprovechar los distintos salones con los que cuenta el lugar, para un desayuno tope de gama que cargue de energías el cuerpo. Serán necesarias.

También es posible almorzar, merendar y cenar, por supuesto. Las propuestas son en Los Salones del Piano de Nobile, el cual cuenta con una impactante terraza exterior en la que tomar el té es un lujo, Oak Bar (abre de tarde) y el Duhau Restaurante y Vinoteca. Mención especial a los jardines de este palacio, ¡espectaculares!

Mercados en auge

En este caso no se habla de mercados financieros ni los clásicos sitios donde cualquiera se abastece de mercadería, aunque esta segunda opción se acerca más. La denominación remite a mercados antiguos en combinación con conceptos modernos, ya que, además de conseguir alimentos de buena calidad, también se hayan propuestas gastronómicas innovadoras y que deslumbran por presentación, contexto y, por supuesto, sabor.

Hay referencias de este tipo de lugares en espacios abiertos, como puede ser el Patio de los Lecheros, ubicado en Caballito, o bajo techo como el Mercado de San Telmo (apuntarlo para más adelante). Sin embargo, en esta oportunidad el recomendado es el novedoso Mercado de los Carruajes, en la zona de Retiro, más precisamente en Leandro N. Alem 852.

Mercado de los carruajes

Se extiende por más de 4200 metros en una zona estratégica por su cercanía al centro y otros puntos claves de la ciudad, sosteniendo una estructura tradicional de ladrillo a la vista, que responde a lo que en algún momento fue el predio de cocheras y carruajes presidenciales en finales del siglo XIX e inicios del XX, de donde naturalmente toma su nombre actual. El edificio forma parte del patrimonio histórico de la Ciudad.

El Mercado de los Carruajes es un lugar ideal para almorzar, pudiendo optar por comida elaborada de todo tipo, desde parrilla, sabores latinoamericanos o preparaciones con ingredientes orgánicos, hasta de origen asiático. El postre permite elegir también diferentes vertientes como pattiserie francesa, productos típicos argentinos o los famosos churros de Madrid. Si el recorrido es por la tarde o noche, coctelería, vinos de alta gama y cervecerías de primer nivel invitan a tomar lugar en la terraza o en las diferentes áreas con mesas, sillas, banquetas y barras.

Su estética industrial, con predominancia de hierro en color negro, forma en conjunto con los ladrillos una vista original, armónica y distinguida, con detalles en vitrolas y lámparas, que terminan por completar un set imperdible. Además, entre los diferentes puestos de venta, el arte tiene su lugar (exposiciones) y, por supuesto, no abandona su esencia de mercado con tiendas de embutidos, frutas y verduras, una completa florería y hasta artículos deco. Todavía hay espacios libres, lo que indica que seguirá creciendo.

San Telmo siempre estuvo cerca

Para seguir con el recorrido, posalmuerzo, el lugar a caminar es, sin duda, San Telmo. El barrio es una de las joyas turísticas de Buenos Aires y, si bien algunos puntos particulares pueden estar trillados, queda mucho por descubrir entre sus pintorescas y angostas calles, repletas de cultura, artesanía y mucha historia.

La zona se vuelve un cúmulo de distintas nacionalidades paseando, tomando fotos y adquiriendo productos típicos de la capital argentina. Ese intercambio cultural define a San Telmo, pero no lo limita, sobre todo si se conocen sitios como Atis (Perú 1024), un bar que ostenta una terraza única y atrapante.

Atis: enredaderas, terrazas, balcones y capilla

La historia de Atis deriva del viejo convento de monjas Santa María de la Salud, el cual ahora alberga un hostel y el ya mencionado bar, con la particularidad de que toda la terraza de este último permite ver hacia abajo la distribución del hostel y los patios internos de las habitaciones. Además de la terraza, cuenta con un salón principal en la entrada y otro en la planta superior, con balcón incluido y una zona que se conoce como “la capilla”. Aunque, más allá de todo eso, el toque distintivo y característico lo ponen las enredaderas que cubren todo el patio y a partir de la primavera tiñen de verde cada rincón. Si buscás una foto para darle vida a tu instagram, es por acá.

Cae el sol en Puerto Madero

Si la tarde va llegando a su fin, a la salida del bar o la merienda, el paseo que se impone es el de Puerto Madero, pero no necesariamente la orilla más concurrida o de mayor presencia comercial. Es que el barrio en sí tiene su atractivo y cruzando el río hay un atardecer diferente, entre hermosos edificios y luces que poco a poco se encienden para dar una imagen que hasta puede asemejarse a la de Manhattan. En esta parte, como no puede ser de otra manera, también hay bellos negocios dedicados a la gastronomía para seleccionar y disfrutar.

Pizza y la noche más larga

Al caer la noche, buenos aires lejos está de apagarse, y para seguir la rutina de turismo, la cena tiene una forma clara: redonda y por porciones. La pizza quizá sea la comida más representativa de CABA y mucho de eso tiene que ver con pizzerías que se han transformado en íconos. Banchero, Güerrin, Las Cuartetas sobre la calle Corrientes, El cuartito en Talcahuano y La Mezzeta en el barrio de Colegiales son algunas de ellas, cada una con una historia particular, así como especialidades y estilos que marcan una impronta y ayudan a seguir agrandando el mito de la pizza porteña. Como recomendación, es bueno anotar cada uno de los nombres mencionados y probarlas todas.

Boliches para todos los gustos

Terminada la cena, es momento de cambiar el chip y comenzar a vivir la gira por la noche porteña, esa que dura más que en cualquier otro lado del mundo. Los boliches son otro clásico de lo que alguna vez Gustavo Cerati mencionó como la ciudad de la furia, con más de un significado, que aquí cabe perfecto.

En la zona lindante a la costanera se encuentran los lugares top, esos que reúnen las filas más extensas y que proponen en su interior una fiesta sin igual, pudiendo elegir entre música electrónica o lo que se ha popularizado como “cachengue”, que no es otra cosa que sonidos urbanos tales como: cumbia, reggaetón y trap. Morocco (Costa Salguero), Jet y BNN (“banana”) son tres ejemplos del furor eterno, la noche que se junta con el día.

Así, con el sol saliendo, finaliza un día de recorrida por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que, cada tanto, hay que mirar con ojos de turista.