Los espacios generan sensaciones

Aunque parezca menor el poder del entorno en nuestro cerebro, la psicología continúa haciendo hincapié en la importancia no solo de las personas que nos rodean sino también de los espacios que habitamos. Cómo son esos lugares, cómo están diseñados y pensados para su uso influyen directamente en la experiencia del usuario en ese lugar.

No es casualidad que haya gente que a lo largo de su vida prefiere vivir en entorno naturales antes que en una gran ciudad. El lugar donde uno decide vivir no solo debe servir para satisfacer las necesidades básicas, sino también un óptimo desarrollo mental y psicológico.

Una de las cosas principales para el bienestar humano es sentir tranquilidad, seguridad y paz en el lugar que se habita. Esto es esencial para no vivir en una situación constante de tensión o incomodidad. Un entorno físico agradable, limpio y ordenado promueve sentimientos de bienestar, mientras que un ambiente desordenado y sucio puede generar estrés y ansiedad.

El origen de la neuroarquitectura

Es una rama nueva dentro de la arquitectura, un avance en la ciencia que estudia la idea de que la arquitectura y la neurociencia van de la mano. Es una manera de conectar la profesión de los arquitectos con los científicos, intentando crear espacios con un fin específico para los usuarios que vayan a habitarlos.

El origen de la neuroarquitectura se remonta a mediados del siglo XX cuando Joanas Salk, virólogo, se dio cuenta que consiguió crear una vacuna gracias a la energía que le generaba el hotel donde se estaba alojando. A partir de esa experiencia, en 1965 fundó junto al arquitecto Luis Kahn el instituto Salk.

Luego de un tiempo, en 1998 dos neurocientíficos, Fred H. Gage y Peter Eriksson comenzaron a pensar la idea de diseñar espacios que ayuden a mejorar la experiencia de vida de las personas. Así, Fred Gage, que trabajaba en el Salk Institute, concluyó en que los lugares que uno construye, influyen directamente en las emociones y maneras de actuar de los habitantes. A partir de todas estas investigaciones Fred Gage decidió crear The Academy of Neuroscience for Architecture en San Diego.

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¿Qué es la neuroarquitectura y como implementara?

Una manera de conectar las emociones con los espacios que uno habita.

El objetivo de la neuroarquitectura

El objetivo principal de la arquitectura es construir espacios cómodos y agradables para vivir, y la neuroarquitectura es una rama enfocada directamente en cómo se sienten los habitantes en ese ambiente, que sensaciones generan esos lugares en su cuerpo y mente. En síntesis, la neuroarquitectura viene a traer una forma de estudiar el diseño de los espacios en pos de la influencia psicoemocional de las personas: un lugar que de ganas de estar, que genere bienestar, felicidad y tranquilidad.

Puntos clave de su estudio

Algunos de los puntos a tener en cuenta para implementar la neuroarquitectura en el hogar son:

  • Los colores: el color es uno de los elementos más importantes del diseño de interiores y de la arquitectura en general, por lo tanto no podía estar fuera de la neurociencia. Se trata de pensar en que colores utilizar en base al efecto que generan en el cerebro y el estado de ánimo, es decir, no es lo mismo un living con paredes rojas que marrones, la experiencia de habitar ese espacio cambia.
  • La iluminación: iluminar los espacios es fundamental para una vida saludable, sobre todo si hablamos de luz natural. La iluminación influye directamente sobre el poder de concentración, organización y productividad de las personas, es decir, influye en su energía del día a día.

  • Las zonas verdes: la conexión con la naturaleza es fundamental, ya que ayuda a reducir notablemente el estrés. Las plantas y la visión de ellas tienen un efecto reparador increíble, limpian el aire que respiramos y generan espacios más agradables, calmados y con mejor estado del humor.
  • Los muebles y la decoración: los objetos y la decoración tienen un alto poder en los espacios, no solo a la vista sino también a nivel sentimental. Cada objeto debe estar ahí por alguna razón, para algún fin u objetivo, sino es demasiada información y ruido visual para ese ambiente.