Lesiones frecuentes más allá de la práctica deportiva

Siendo la encargada de sostener el peso del cuerpo al correr, caminar o simplemente mientras se está de pie, la rodilla es una articulación fundamental del organismo humano. La misma cumple labores y movimientos muy complejos, por lo que merece de cierta atención para asegurarse de su correcto funcionamiento. No obstante, la edad, cuestiones anatómicas y el hecho de practicar deportes aumenta las posibilidades de sufrir algún problema en esta zona del cuerpo.

Si bien sería posible dedicar largas líneas a explicar cómo está compuesta la rodilla, sus principales características radican en que la misma se conforma por la unión de dos huesos: el fémur y la tibia. En la parte delantera del extremo del hueso del muslo se ubica la rótula, mientras que entre la tibia y el fémur se encuentra el menisco. Un cartílago en forma de medialuna que permite “amortiguar” los golpes y funciona como protección entre el fémur y la tibia.

A pesar de que existen múltiples lesiones y patologías de rodilla, hay algunas que se presentan con mayor frecuencia. Entre ellas se encuentran el esguince, por ejemplo, el cual se entiende como la lesión de los ligamentos que le dan estabilidad a la rodilla. A su vez, uno de los más comunes es el esguince del ligamento colateral o lateral interna. Por otro lado, la tendinitis rotuliana es otra de las lesiones que generan muchas consultas médicas. Esta genera dolor en la cara anterior e inferior de la rodilla, además de producir una sensación de rigidez e hipersensibilidad.

Síntomas que ameritan consulta médica

No cabe duda que cada situación es particular y no se puede dar un diagnóstico genérico sin observar con precisión los síntomas. Sin embargo, al notar algunos dolores es posible identificar si es necesario una consulta médica. En este sentido, dentro de aquellos síntomas que pueden aparecen en esta zona y requieren visitar a un médico está la incapacidad para enderezar completamente la rodilla; la inflamación o rigidez; el enrojecimiento y la temperatura al tacto; un fuerte dolor; y la falta de estabilidad.

Las radiografías, ecografías o resonancias magnéticas permiten a los profesionales dar un diagnóstico de cuál es la lesión de rodilla y la gravedad correspondiente. Además, entre los posibles tratamientos, dedicarle reposo suele ser fundamental. Asimismo, en muchas oportunidades se recomienda aplicar hielo a la zona para disminuir la inflamación o utilizar una protección en la articulación con el fin de evitar que se agrave la lesión.

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3 lesiones frecuentes de rodilla

La rodilla suele ser una zona compleja al hablar de lesiones. Al soportar todo el peso del cuerpo y ser clave en el movimiento del mismo, es una articulación que puede lastimarse si no se tiene los recaudos necesarios. Conocé cuáles son las principales lesiones que aparecen en esta parte del cuerpo.

Luxación

Generada por la pérdida de contacto de las superficies de la articulación de la rodilla, la luxación es una lesión que se produce cuando la rótula se desplaza a una posición inusual. La misma genera dolores agudos y la imposibilidad de extender la articulación correctamente, así como tampoco flexionarla.

Artrosis

Consecuencia del envejecimiento, de ciertos componentes genéticos o por la sobrecarga y el exceso de trabajo físico, la artrosis puede traer consigo varios síntomas. Entre ellos, inflamación, pérdida de fuerza, rigidez, falta de estabilidad, y también dolor al mover. Por otro lado, en estos casos lo que ocurre es que se produce una degeneración del cartílago que recubre el fémur, la tibia y el peroné, conduciendo a que los huesos se rocen.

Esguince

Existen diferentes tipos de esguinces que describen la gravedad de estas lesiones. En este sentido, se encuentran los esguinces de rodilla de grado I, II y III. Acerca de estos, todos hacen alusión a la lesión de los ligamentos que estabilizan la rodilla. No obstante, el grado I se refiere al estiramiento de fibras pero sin rotura, mientras que el grado II habla de un desgarro parcial. Por último, el grado III ya es una rotura total. En general, las consecuencias de un esguince es mucho dolor, dificultad para caminar, inflamación y limitación de la movilidad.

Cómo cuidar la rodilla de estas y otras lesiones

Existen algunas recomendaciones que permiten proteger esta articulación y disminuir el porcentaje de lesiones futuras. Como primera medida se puede mencionar la importancia de moverse y realizar actividades para mantener activa esta zona. A su vez, fortalecer los músculos encargados de sostener las rodillas también es importante. Tanto los cuádriceps, isquiotibiales y abductores mejoran el alcance de movimiento y protegen el cartílago de la rodilla.

La postura también ocupa una posición crucial. Al encorvarse o inclinarse cambia el centro de gravedad del cuerpo y la presión sobre las rodillas y la cadera aumentan. Por lo tanto, mantenerse erguido, con los hombros y la cabeza alineados es muy importante para prevenir lesiones. Por último, también es necesario mencionar la utilización del calzado correcto. Aquellas zapatillas cómodas que cuentan con una suela gruesa suelen ser las mejores, ya que permiten absorber el peso al caminar.