La contaminación acústica, fuera del hogar
El vertiginoso ritmo del día a día requiere, casi obligatoriamente, de momentos de tranquilidad y confort que permitan reponer energías, pasar ratos agradables y descansar adecuadamente al final de cada jornada.
En este sentido, no hay mejor lugar para ello que la propia casa, el espacio que por definición debe garantizar estas comodidades. Sin embargo, existen algunos factores que pueden dificultarlo gravamente incluso cuando se ha logrado construir ambientes preparados para la relajación.
Entre ellos, claro, el problema del ruido puede ser de los más molestos y trascendentales. Ya sea proveniente del exterior o producido por cuestiones del interior de la casa, debe atenderse eficazmente y encontrarle una veloz solución.
Detectar el origen
Como se mencionaba previamente, el problema del ruido puede tener diversos origenes. Por eso, el primer paso en la búsqueda de soluciones efectivas será hallar y localizar estas causas para poder, a partir de allí, actuar en consecuencia.
A propósito de esto, surgen dos preguntas precisas que pueden facilitar esta búsqueda. En primer lugar, ¿los ruidos provienen del interior de la casa, de la de algún vecino o del exterior? Y, al mismo tiempo, ¿se deben a algún problema estructural o a la ausencia de elementos aislantes?
Las respuestas a estos interrogantes arrojarán, entonces, respuestas acerca de dónde proviene el problema. Por ejemplo, se podrá determinar si viene del eco generado en grandes ambientes, del ruido de los pasos al caminar en determinadas superficies del hogar o, por el contrario, si es generado por una obra en el exterior, los acontecimientos lógicos de la calle o se cuela desde la casa de algún vecino.
Soluciones acústicas: formas de reducir el ruido en los ambientes
Los métodos para reducir el ruido o acustizar una habitación pueden ser variados e incluso, en muchos casos, puede contemplarse desde la construcción misma de la casa en la elección de los materiales y estructuras. Sin embargo, hay más de una opción a la hora de buscar soluciones.
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Muebles, alfombras y cortinas
En primer lugar, gran parte de las soluciones pueden encontrarse ejecutando algunas modificaiocnes básicas en la disposición de los objetos que hay en el hogar. Partiendo de la premisa básica de que la masa absorbe el sonido, podemos determinar que el uso de muebles grandes o de materiales macizos puede ayudar notablemente en la separación de ambientes o reducción de ruidos.
En el mismo sentido, la presencia de nutridas bibliotecas o estantes con numerosos libros también logrará el mismo efecto. La colocación de cuadros, espejos o cualquier tipo de decoración que amplie el espesor de la pared, de igual manera, también colaborará en la misma dirección.
Por otro lado, si pensamos en el suelo, la colocación de alfombras o tapices no solo absorverá el ruido sino que también servirá como amortiguación para el rebote y las vibraciones sobre el piso, de la misma manera que lo harán las cortinas con las generadas sobre las paredes.
Reformas en ventanas
Las ventanas pueden ser un punto débil en este tema y por eso prestarles una especial atención puede resultar de gran ayuda. En función de esto, reforzarlas con un doble (o incluso triple) acristalamiento puede ser verdaderamente útil.
En absoluta concordancia, las filtraciones de aire en general son un foco importante a la hora de dejar pasar los ruidos del exterior. Por eso, además de las ventanas, la colocación de burletes en las puertas o de paneles especiales en las persianas, por ejemplo, se complementarán a la perfección.
Aislamiento de paredes desde el interior
En este caso, una opción que requerirá de inversión, aunque menor que la necesaria para reformar estructruralmente la casa, y que puede ser la más indicada para ciertos ambientes específicos, es la del aislamiento de paredes.
Para esto, se pueden instalar placas de corcho, espuma de poliuretano, fibra de lana o de vidrio, entro otros materiales, que ayudarán a reducir el ruido proveniente del exterior considerablemente y, a su vez, evitarán la fuga del que se genere allí mismo.
En el mismo sentido, un buen material aislante pero para los pisos, puede ser la tarima florante, una estructura de varias capas que no solo aisla los tuidos sino también las temperaturas.
Pinturas aislantes
Por último, otro recurso muy útil y con notables avances en el último tiempo son las pinturas aislantes. Este tipo de pinturas, también conocidas como anticondensación, son de gran eficacia a la hora de lograr un aislamiento no solo sonoro sino también térmico.
Una interesante variante si se busca este tipo de soluciones, es el uso de productos aditivos que generan el mismo efecto y que se pueden añadir a la pintura normal dotándola de las mismas condiciones aislantes.