Los mejores meses para rediseñar la huerta

Al igual que los días del otoño cambian y se vuelven más cortos, la huerta también requiere de algunas modificaciones para mantenerla linda y nutrida. Es por eso que esta estación es una de las mejores para trabajar en este espacio y dar lugar a una nueva imagen. En este sentido, para la temporada otoño-invierno es necesario contar con cultivos que soporten temperaturas bajas y días con poca luz solar. Si bien crecerán con menor velocidad en comparación con aquellos sembrados en las otras estaciones, permitirán mantener la producción de la huerta.

Dejando atrás aquellas plantas que ya no darán frutos, en estas estaciones es posible limpiar y liberar nuevos espacios dentro de la huerta. Acerca de aquellos desechos que se juntan, estos pueden ser colocados en una abonera. La misma resulta fundamental para mejorar la fertilidad de la tierra. Además, una de las ventajas de estos meses es que se puede cubrir el suelo con las hojas secas que van quedando. Así es posible protegerlo y evitar el crecimiento de malezas.

Continuando en esta misma línea, una de las posibles especies hortícolas a plantar en la temporada otoño-invierno es la lechuga.  Acerca de esta, resulta fundamental escalonar la siembra para poder estirar la producción lo máximo posible. Además, el rabanito también es otra buena opción. Este se cosecha de manera relativamente rápida en comparación a otros cultivos de la estación. El mismo necesita entre 4 a 6 semanas para estar listo.

Sacarle el máximo provecho al cultivo: qué tener en cuenta al sembrar

Aunque sembrar pueda parecer un proceso simple a primera vista, existen una serie de puntos que es necesario conocer. Estos son importantes, ya que el sembrado incidirá de manera directa en la calidad de la cosecha. En este sentido, es clave tener en cuenta la ubicación, la distribución y también la profundidad de las semillas. Por ejemplo en cuanto a las semillas más pequeñas como la de la lechuga y la rúcula, estas se deben esparcir por toda la superficie. Por otro lado para aquellas semillas más grandes como la de arvejas y habas, es necesario colocar dos semillas por cada orificio.

Acerca de cuánto enterrar las semillas, se aconseja que las mismas tengan una profundidad de dos o tres veces su tamaño. Por otro lado en cuanto a la distribución de los cultivos, hay que lograr combinarlos según el órgano de cosecha. Esto quiere decir, dependiendo de si se cultivan por raíz, hoja o fruto. La razón de esta combinación radica en que los requerimientos de nutrientes son diferentes. Además también hay que considerar el tamaño que tendrá la planta en un futuro, ya que si la misma es muy grande le sacará sol a las demás.

En sintonía con este último punto, hay un aspecto fundamental, y ese es el sol. La cantidad de horas de luz solar directa afectará de manera notable en el crecimiento y desarrollo de la planta. Por lo tanto, mientras más luz solar mejor. Entre otras cuestiones, poder mantener un suelo fértil también es necesario. Hay que recordar que al cosechar se extraen nutrientes del suelo, es por eso que agregar abonos orgánicos es importante. Por último para garantizar un crecimiento correcto y cuidado, también puede ser útil implementar unas maderas o algún material para evitar el paso de perros u otros animales.

Cuáles son las verduras para sembrar en otoño-invierno

Renovar la huerta con la llegada del otoño no tiene que ser un trabajo pesado. Sin la necesidad de ser un experto en el cultivo, existe una gran variedad de hortalizas que pueden ser sembradas en esta época. ¡Conocé cuáles son aquellas especies preparadas para afrontar la temporada más fría del año!

También puede interesarte:  "Proyectando nuestro jardín con cercos verdes en 5 pasos"

Rabanito

Con el beneficio de poder sembrarlo en espacios reducidos, el rabanito es una buena opción para sumarlo a la huerta en estos meses. De raíz carnosa, esta planta solamente necesita unos 10 centímetros aproximadamente de distancia entre cada una para garantizar una buena cosecha. Otra de sus características positivas radica en que en un mes o poco más ya está listo para cosechar. Por otro lado, en cuanto a su cuidado, es importante prestar atención para que estén bien regados. Esto se debe a que es una especie sensible a la sequía y muchos días sin agua puede dejarte sin nada.

Lechuga

Al igual que otros cultivos de hoja verde, la lechuga responde muy bien a esta época. La misma no necesita de grandes cuidados y si se realiza una siembra escalonada se puede obtener una gran producción. Además, principalmente luego de sembrarla es necesario mantener el suelo húmedo. Por otro lado, acerca de su cosecha, la variabilidad es bastante amplia. Esta dependerá de gustos personales y cómo se la implemente. Sin embargo, hay que tener cuidado de que no se pase, ya que se pondrá cada vez más amarga.

Habas y arvejas

Con un corto ciclo de crecimiento, las arvejas y las habas son otra gran alternativa de cultivo. Estas tampoco requieren demasiada dedicación y además dejan el suelo bien dotado para próximos cultivos. Su siembra es directa y requiere de una profundidad cercana a los 20 cm. Por otro lado, una de las recomendaciones a la hora de sembrar consiste en poner las semillas en remojo la noche anterior. Esto permitirá que su germinación resulte más efectiva. En otros aspectos, una vez que adoptan un tamaño considerable es útil acomodarlas con un tutor. Este puede ser una simple madera, o para el caso de las arvejas un alambrado responde muy bien.

Ajo

Con una profundidad de 3 cm aproximadamente al sembrarlo, el ajo es otra variante para estos meses fríos. Con el extremo más delgado mirando hacia arriba, es posible plantarlo en un recipiente, una maceta o en el suelo de manera directa. Por otro lado, se recomienda que entre cada uno haya una distancia de entre 10 a 15 cm. Además acerca de su regado, este debe ser moderado. Un exceso de agua puede ser muy dañino, ya que el ajo se pudre con facilidad.

Acelga

Similar a lo que ocurre con la lechuga, la acelga es otra buena decisión. Al ser una planta de clima templado, para la fecha de siembra se buscan épocas bien frías o calurosas. Ya sea con siembra directa o en almácigos, es recomendable separar la siembra en dos etapas. Una diferencia de 45 días aproximadamente garantiza que no se concentre la producción. Ya pensando en su cosecha, una vez germinadas habrá que esperar un poco más de un mes para sacarlas. No obstante, aunque pueda prender fácil hay que realizar un seguimiento cercano como cualquier otra hortaliza.