¿Para qué sirve un cerco vivo?
La herramienta del cerco vivo no es algo nuevo para el área del diseño exterior, pero se sigue implementando ya que es una opción no solo estética sino también súper funcional.
Un cerco vivo es una alineación de árboles y arbustos plantados con muy poca distancia entre ellos, lo cual forma una especie de muro que se puede utilizar para: Por protección o seguridad, para dividir ambientes en el jardín, marcar un camino, definir un lote, crear sitios de sombra, enriquecer la vista y darle vida a un parque, entre otras cosas.
Hay varias razones para colocar un cerco vivo y también variedad de especies para elegir. Todo eso dependerá principalmente del lugar donde se quiera colocar, y del objetivo que se quiera cumplir con esa barrera.
Es importante tener en cuenta que se necesita de un especialista que pueda guiar el proceso de instalación, lo mejor es comenzar a plantar cuando el suelo esta húmedo y fácil para trabajar. Luego, también será necesario contar con alguien que ayude en el mantenimiento periódico de los arbustos.
Beneficios de elegir el cerco vivo y no uno tradicional
En general, los cercos vivos o paredes verdes tienen grandes ventajas. Cumple las funciones de una cerca normal, pero con otros beneficios para el ambiente que lo rodea.
En primer lugar, son más duraderos que cualquier otro material (como la madera) que puede gastarse con el tiempo, el viento o las lluvias. Segundo, contribuyen al bienestar del suelo y mantienen un microclima favorable gracias al oxigeno que producen, y ni hablar del aroma natural que genera en el espacio.
Tercero, es una opción sobre todo estética y vistosa para cualquier jardín y permiten que no ingrese ningún animal o persona del exterior que pueda dañar el pasto o las plantas del terreno. En esta línea, funcionan como barreas contra el viento que ayudan a proteger otros cultivos, convirtiendo también al jardín en un lugar para disfrutar.
Por último, en general son arboles de rápido crecimiento, que se colocan en poco tiempo y aunque necesiten de un mantenimiento, solo se debería realizar unas 4 veces por temporada y con respecto al riego, aproximadamente dos veces por semana.
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Cercos vivos: ¿Qué es lo mejor?
Selección de plantas: uno de los pasos más importantes al momento de planificar la instalación de un cerco vivo. Estas son algunas de las especies de plantas más utilizadas:
Nandina: es un arbusto muy atractivo que tiene su momento estelar entre otoño-invierno. Se adapta a varios tipos de suelo y con el efecto del frío las hojas se transforman en un color rojizo muy característico. Se considera de bajo mantenimiento pero crece lentamente.
Eleagnus: ideal para cercos. De rápido crecimiento y excelente sanidad. En primavera crecen flores muy perfumadas y agradables a la vista.
Arbusto Durante: tienen la característica de ser muy resistentes y al crecer crean la imagen ideal de una única planta por lo que son ideales para un cerco vivo. La Durante por ejemplo es de baja altura y con un color intenso que le da vida a cualquier espacio.
Cerco de flores: la Hortensia es un tipo de arbusto sumamente decorativo por su floración. Si se cuida correctamente, esta planta puede llegar a crecer 3 metros de altura. La mejor temporada de crecimiento para este arbusto es en primavera-verano.
Aligustre: es una de las plantaciones mas elegidas ya que es de crecimiento rápido y sumamente decorativo. No solo acepta muy bien la poda sino que también es de poco riego. En general, no se suele recomendar para zonas con bajas temperaturas.
Pittosporum: a diferencia de la anterior, esta es una planta resistente al frío, un tipo de arbusto corpulento de hojas ovales de color verde oscuro. Este tipo de vegetación puede llegar a crecer varios metros de altura, por eso suelen ser bastante conocidas para la construcción de cercos naturales.
Forsitia: una flor imprescindible en el mundo del paisajismo, y famosa por ser un tipo de arbusto que no necesita de extensos cuidados. Perfecta para darle color al jardín e ideal para los amantes del amarillo.
Jazmín de leche: es un arbusto trepador, lenta en un principio pero que luego crece muy firme y de color verde brillante. Desde primavera hasta otoño aparecen unas flores blancas, perfumadas y con pétalos ondulados.