Un lugar importante para el día a día
El vestidor de tus sueños puede estar más alcance de lo que crees. Ubicación, decisiones trascendentales sobre los muebles que lo componen, complementos infaltables, espacio para todas las prendas, aberturas y otras cuestiones quedan a discreción de cada quien, siendo siempre lo más recomendable ayudarse en un profesional del diseño de interiores, así como de arquitectos en caso de que se trate de una obra que parte de cero.
De hecho, la primera acción fundamental es la del diseño del lugar precisamente, pero sin adelantarnos al desarrollo y las recomendaciones específicas que tienes que tener en cuenta para concretar el vestidor soñado, es importante antes destacar la diferencia con un armario o closet. Este último hace referencia a un mueble en particular, mientras que al hablar de vestidor se remite a un espacio que pueda contener más de uno y hasta mismo puede tratarse de una habitación propia, dependiendo del lugar que se le destine o que se encuentre disponible para crearlo.
El valor del vestidor
En este caso no se trata de valor monetario, algo que estará supeditado a las decisiones que antes se mencionaban, respecto a materiales, disposición, tamaño, mobiliario, etc. Esta vez se trata de un valor intrínseco, ese que sin importar lo estrictamente económico puede incrementarse debido a la importancia que tenga en una rutina, el rol que cumple en la vida cotidiana.
El vestidor puede alcanzar en ese sentido una cotización alta y puede convertirse en uno de los sitios favoritos de cualquier persona, porque al fin y al cabo es ese sitio recurrente al que se va a buscar lo que se necesita, lo que se tiene y que bien planificado puede otorgar facilidades que van más allá del precio (para no caer en la frase de la conocida compañía de tarjetas crediticias). Además, es un rincón muy personal, que seguramente terminará por reflejar la impronta de quien lo haga propio.
A tomar nota: los mejores tips para diseñar y llevar a cabo el vestidor de tus sueños
A continuación se presentan distintas facetas que darán como resultado un vestidor de ensueño, siempre dejando la interpretación y aplicación de los detalles a criterio personal.
Definir la ubicación y tamaño del vestidor
La primera gran decisión a tomar para plasmar el vestidor de tus sueños, es la de qué y cuánto espacio se le va a dedicar al mismo. En los posibles diseños se cuenta básicamente con dos alternativas, siendo la más atractiva destinar una habitación entera e independiente para crearlo, aunque no siempre es posible y como ya se dijo no suele ser una prioridad absoluta cuando se plantea la construcción del total de una casa, entonces está la segunda opción que se basa en aprovechar al máximo las dimensiones del dormitorio principal, habilitando un espacio concreto para el vestidor.
Llevar la idea al papel
Puede ser también en formato multimedia, pero el papel siempre tiene mayor encanto. De todas maneras, no es ese el punto, sino que el secreto para tener un vestidor cómodo y funcional es la correcta planificación, de ahí lo de llevar la idea al papel, para ordenarla de la mejor manera. Es indispensable tener en cuenta el tipo y la cantidad de ropa que se tiene, incluyendo zapatos y hasta bolsos, mochilas y valijas, para pensar cómo debería ser el vestidor y que mobiliarios son los ideales para almacenar todo eso de la manera más práctica posible.
Cuando se dice el tipo de ropa, es para prestarle atención a el largo de las prendas, sean vestidos, camperas, camisas, pantalones, u otras, que necesiten de estar colgadas. Asimismo, deben calcularse cuántos cajones o estanterías se necesitan, de hecho en el orden de planificación, lo que se aconseja es que primero se piense en números de cajones, luego barrales para ropa larga y por último estantes para ropa más corta.
Vestidor cerrado
Una vez que las decisiones de base fueron establecidas, se avanza con la modalidad y preferencia estética, pero también de funciones que puede llegar a cumplir un vestidor. En caso de optar por uno cerrado, se tiene la ventaja de que la ropa se mantiene a salvo del polvo y los lamentablemente famosos ácaros, además de ser una opción mucho más útil para mantener un orden visual.
Sin embargo, una contraindicación puede estar en que las puertas quitan centímetros de espacio que puede ser aprovechado para almacenamiento o mismo para darle una imagen más amplia a la habitación en cuestión. Una buena idea en ese caso, pensando fundamentalmente en lo decorativo, es mechar y dejar alguna estantería abierta.
Vestidor abierto
En contraposición a la elección antes detallada, los vestidores que se plantean con armarios sin puertas dan una mayor sensación de amplitud y tienen otra enorme ventaja que es la de tener todas las prendas identificadas rápidamente con un golpe de vista. Esto último facilita y agiliza por sobre todo el proceso, así como también permite variar las prendas a utilizar con mayor frecuencia, ya que cuando no se recuerda y no se ve lo que se tiene, es difícil elegir. Lo malo es la exposición al polvo y la tendencia al desorden que pueden generar, al menos desde lo visual.
Que no falte el espejo
En un vestidor el espejo es ley, es que tratándose de un sitio en el que la principal actividad es probarse indumentaria, el poder verse en un reflejo se vuelve irrenunciable. Para la colocación del mismo se pueden aprovechar las puertas de los armarios, si es que son cerrados, o bien una pared, pero tampoco se descarta la posibilidad de un espejo con pie, todo dependerá de la elección estética y del espacio. De todas formas, más importante que la estética, es que se trate de un espejo de cuerpo entero, a efecto de no tener que estar colocándose en posiciones extrañas e incómodas para terminar por dar el visto bueno al conjunto elegido.
Iluminación a la orden
Puede que no sea lo primero que se tenga en cuenta al momento de diseñar un vestidor, no obstante, la iluminación de este espacio se torna muy importante, más cuando se suelen dejar espacios sin salida al exterior para los vestidores, es decir sin grandes entradas directas de luz natural. De todas formas, si es conjunto o continuado a la habitación puede recibir luz natural desde allí, pero será necesario reforzar con las de techo y la recomendación aquí es implementar otra dotación de luz cálida, la cual le dará calidez al ambiente, valga la redundancia. Una alternativa más moderna y muy útil por cierto, es la de iluminar desde los propios armarios.
Por sobre todo un espacio cómodo
La finalidad del vestidor es que sea un espacio que sume a la calidad de vida en el hogar, por lo que todo su diseño debe ir enfocado en la comodidad al momento de vestirse, lo que incluye los apoyos de elementos como asientos, mesas o repisas, además de los mencionados espejos y la luz.
Cuando alguien se prueba ropa y accesorios, necesita de lugares donde apoyar las prendas y no dejarlas caer al piso, ni tampoco volver a guardarlas a cada momento, por lo que ese apoyo se vuelve fundamental, sea en modo de repisa, estantería libre o, en caso de contar con espacio de sobra, una isla, lo cual le agregará unos cuantos puntos a la estética del vestidor de tus sueños. Similares son los argumentos para incorporar un asiento, el cual será especialmente provechoso al momento colocarse el calzado.