En este artículo, exploraremos qué colores funcionan mejor para cada etapa de la infancia y cuándo deben utilizarse.

Colores primarios

El rojo, el amarillo y el azul son los tres colores primarios. Los colores primarios no pueden crearse mezclando otros colores. Son la base de todos los demás colores y no pueden crearse mediante ninguna combinación de otros colores. Los colores primarios también se denominan colores puros o verdaderos porque no tienen ningún valor de matiz (es decir, de color).

Estos tres tonos no contienen pigmentos blancos ni negros, sino que están formados por cantidades iguales de pigmentos rojo, azul y amarillo, respectivamente, que producen diferentes tonalidades cuando se combinan en distintas proporciones.

Colores secundarios

Los colores secundarios se crean mezclando dos colores primarios. Suelen utilizarse como acentos, pero también pueden ser el color principal de una habitación si quieres ser atrevido.

He aquí algunos ejemplos de colores secundarios:

  • rojo + azul = morado (rosa)

  • Amarillo + azul = verde (aqua)

Colores terciarios

Los colores terciarios son una combinación de dos colores primarios o secundarios. No son tan vibrantes como sus homólogos y tienen un tono más neutro. Los colores terciarios incluyen:

  • El marrón, que se compone de rojo y amarillo.

  • El gris, que se compone de azul y negro (o blanco).

Familias de colores

Los colores cálidos son el rojo, el naranja y el amarillo. Estos tonos tienen un alto nivel de energía que puede ser vigorizante y estimulante. Son ideales para habitaciones con mucha luz natural (como las cocinas) porque reflejan el calor del sol en el interior.

Los colores fríos son el azul, el verde y el morado, e incluso el gris. Estos tonos tienden a ser más calmantes que sus homólogos de la familia de colores cálidos porque tienen niveles más bajos de energía; como tales, proporcionan una sensación de calma que es perfecta para dormitorios u otras habitaciones tranquilas donde desea relajarse por la noche después de un largo día de trabajo.

Hay muchas opciones para pintar las paredes de las habitaciones infantiles.

Los colores primarios son el rojo, el amarillo y el azul. Los colores secundarios son el verde, el naranja y el morado. Los colores terciarios son el marrón, el gris y el rosa.

Las familias de colores son cálidos (rojos), fríos (azules), terrosos (marrones, verdes, amarillos, naranjas, etc.), brillantes (rosas, morados, etc.) o neutros (blanco, gris, negro, etc.).

Esperamos que este artículo te haya ayudado a hacerte una mejor idea de qué colores pintar la habitación de tu hijo. Recuerde que no se trata sólo de elegir el color adecuado, sino también de escoger uno que complemente y encaje bien con otros elementos, como los muebles o el papel pintado. Tómese su tiempo para pensar en la personalidad y las preferencias de su hijo antes de tomar cualquier decisión, para que todo encaje a la perfección.