Una alternativa que creció a contramano del contexto: el turismo rural expandió su oferta

No fueron tiempos sencillos para el sector del turismo y no es ninguna sorpresa ni novedad destacar esto. El mal momento se dio por causas mundialmente conocidas, relacionadas a la pandemia, que incluyó cierres de fronteras, restricciones de movilidad y más. Aunque por sobre todo, la premisa siempre fue mantenerse lo más aislado posible para evitar circulación del virus. Ante tales condiciones, naturalmente el turismo sufrió, sin embargo el turismo rural fue en contra de ese corriente y de alguna manera logró imponer sus actividades como una alternativa ideal para poder disfrutar en un contexto de las características ya mencionadas. 

Las cuestiones claves que posicionaron al turismo rural como una opción concreta, derivaron precisamente de esas imposiciones sanitarias, ante las cuales necesariamente debieron surgir nuevas propuestas para cubrir la demanda de esparcimiento, relajación, desconexión y divertimento. Así, los destinos que eran poco explorados, con caracter de exclusivos y con un contacto absoluto con la naturaleza, emergieron como la mejor oferta. Todas esas condiciones, se pueden incluir en el concepto de: Turismo Rural y de allí que su popularidad creció y logró sortear los problemas que la pandemia le generó al resto del sector. Ha sido una forma de vacacionar ideal para quienes buscaban un entorno seguro y lejos de las grandes aglomeraciones o vorágine propia de la ciudad. 

Qué significa hacer turismo rural 

Este tipo de viaje se da en localidades alejadas de los grandes centros urbanos y suele contar con un ambiente de estilo campestre, con estancias, fincas o casas de campo propiamente dichas, como hospedaje. Eso fue una de las ventajas también en época plena de pandemia, ya que las capacidades y las grandes extensiones de terreno, favorecían a una menor concentración de personas. En definitiva, se puede definir al Turismo Rural como un modo de esparcimiento en lugares no catalogados como urbanos y que brindan una experiencia de campo, con todo lo que eso implica: cielos estrellados, contacto constante con la naturaleza y aprender sobre las costumbres y tradiciones propias de la comunidad local. 

La Organización Mundial del Turismo, tiene también su propia definición sobre este estilo y lo mencionan como "Un tipo de actividad turística en el que la experiencia del visitante está relacionada con un amplio espectro de productos vinculados, por lo general, con las actividades de naturaleza, la agricultura, las formas de vida y las culturas rurales. Las actividades de turismo rural se desarrollan en entornos no urbanos (rurales) con las siguientes características: baja densidad demográfica, paisajes y ordenación territorial donde prevalecen la agricultura y la silvicultura y estructuras sociales con formas de vida tradicionales".

El redescubrimiento de los valores que representa el turismo rural

La explosión del turismo rural, aprovechando lo ya explicado del contexto particular de los últimos años, trajo consigo el redescubrimiento y la revalorización de costumbres propias de la cultura nacional. Específicamente en la Provincia de Buenos Aires, existen una gran cantidad de pueblos y parajes que cuentan con un perfil histórico, ofreciendo muchos de ellos una experiencia de paseo muy interesante, ponderando tradiciones que generan una conexión con esa historia que es la que sentó las bases de la sociedad, en este caso en Argentina. Siempre es bueno saber de dónde se viene, para tener más claro dónde se va.

Así es que en las opciones de turismo rural en Buenos Aires se pueden encontrar actividades como días de campo con cabalgatas, paseos en carros y carretas, fogatas, paseos por las casonas que conservan sus cascos históricos y reformadas en función de proteger sus fachadas, gastronomía típica con carne asada de diferentes maneras y un toque siempre casero, sin perder lo gourmet. Algunas locaciones además ofrecen sitios para la pesca, admiración de la agricultura, clases y recorrida por granjas con animales y mucho más. 

3 lugares para realizar turismo rural en Buenos Aires

Te compartimos 3 de las tantas opciones que hay para el turismo rural en Buenos Aires, con la especificación de cada caso. Es para tener en cuenta en cualquier fin de semana, feriado o hasta para planear un día de campo especial. 

Uribelarrea (Cañuelas)

Casas y estructuras centenarias, dan a este pueblo, desde que se ingresa, una sensación de estar retornando a lo mejor de los tiempos pasados. La paz y tranquilidad de sus diagonales y calles de tierra, terminan de establecer un entorno tan bello y pintoresco, como especial para el turismo rural. “Uribe”, como le dicen los locales y quienes lo conocen, casi tratándose de una persona, se ubica a 20 kilómetros al sur de Cañuelas, transitando la ruta 205.

Su historia marca que se fundó como una Colonia Agrícola en 1889, por Miguel Nemesio de Uribelarrea y si se observan imágenes de los primeros años de este poblado, se puede comprobar que su composición y forma se ha mantenido de gran manera hasta los días más actuales. Entre sus mayores atractivos, además de lo bonito de lugar en si, está la exquisita variedad de productos regionales, famosas picadas artesanales y actividades de campo en las casonas históricas. De hecho, existe la posibilidad de recorrer todos sus caminos a caballo. Su gastronomía tradicional, inspira a que todos los años se lleve a cabo la Fiesta de la Picada y la Cerveza Artesanal.

Santa María (Coronel Suarez)

Al igual que la mayoría de los pueblos del interior de Buenos Aires, surgió como una colonia. En este caso, una colonia de alemanes del Volga. Se ubica a 14 kilómetros de la ciudad de Coronel Suárez, que es la principal referencia urbana de esa región. Sin embargo, Santa María poco tiene que ver con una denominación de ciudad, más bien lo contrario, ya que consigue retratar a la perfección un ambiente de tranquilidad, con tradiciones, gastronomía, historia, música y fiestas populares. Todo en un entorno natural de mucho verde y actividades al aire libre. 

Además de las costumbres típicas que se vislumbran en las calles y parques, existe un museo con elementos históricos preservados perfectamente y que transmite la rica herencia cultural del lugar con los turistas. Todos los años se festeja la Strudel Fest, combinando esa historia propia de los inmigrantes alemanes y a la vez, la convergencia con la agricultura y funciones naturales de la región. Pero no es la única fiesta que se lleva a cabo en Santa María, ya que también existe la fiesta del girasol, de la cerveza y de los acordeones

General Madariaga y la fiesta del gaucho

Tradición pura y nacional, en campos de enorme extensión y con propuestas netamente rurales. La localidad de General Madariaga, ofrece caminatas, avistaje de aves, pesca deportiva de diversas especies, turismo aventura y mucho más. Para llegar desde Ciudad de Buenos Aires, se debe viajar por Autovía Nº 2 hacia el sur, hasta la altura de Dolores y tomar allí la Ruta Provincial Nº 63 hacia el este, para rápido empalmar con Ruta Provincial Nº 11 y continuar hacia el sur por Ruta Provincial Nº 56, que es el camino que desemboca en General Madariaga. Son unos 310 Kilómetros en total.

El pueblo ganó fama, además de por sus atractivos para el turismo rural, por la organización de la “Fiesta del Gaucho”, en la cual después de los desfiles de tropillas y emprendados, los paisanos hacen una demostración de su platería y trenzados de soga, ropa bordada y botas lustradas. Todo se acompaña con deliciosos asados, empanadas y pasteles, en compañía de folclore como música principal.

En General Madariaga hay una gran cantidad de Estancias y establecimientos de estilo rural que se encuentran acondicionados con las mejores comodidades y servicios. Las experiencias incluyen, además de esas comodidades típicas de un alojamiento de calidad, cuestiones del turismo rural en particular como: granjas, huertas, cría de ganado vacuno, tambos, entre otros.