Un estado modelo hace 50 años: así es Singapur
Cuando alguien busca referencias de modernidad, avances, novedades en estilos de vida, suele guiarse por una visión occidental, o bien se queda solo con lo que ocurre en China y Japón, respecto a la tecnología. Sin embargo, Singapur es un estado que durante los últimos 50 años ha logrado imponerse y sostenerse como un modelo a seguir, en una enorme cantidad de aspectos.
Desde que se constituyó como república independiente en 1965 y tras pasar por un periodo turbulento en lo social, se ha puesto a la vanguardia en políticas sociales, económicas, de seguridad, digitalización y más. Forma parte del grupo conocido como los 4 tigres asiáticos, junto con Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong.
La vida en singapur
De argentina a singapur hay casi 15.700 kilómetros de distancia, con un tiempo estimado de 33 horas de vuelo, lo que implica prácticamente darle la vuelta al mundo. Sebastián Arcuri, motivado por cuestiones laborales, hizo el recorrido y se instaló para vivir allí durante una década, trabajando como alto funcionario de importantes instituciones bancarias y formando una familia a la vez.
“Lo que creo que hay que resaltar de Singapur es que es una sociedad con una diversidad enorme. Conviven una cantidad de etnias, culturas y religiones que es como un crisol de razas. Lo que se conoció en Argentina hace 2 siglos aún sigue vivo allí”, contextualiza, y agrega un punto clave: “Cada cultura mantiene sus características, pero viven en armonía, muy distinto a otras partes de Asia”.
Por su trabajo, conocía de la situación y no se sorpendió, pero sí le brotó admiración: “Uno llega y a las pocas horas tiene cédula de identidad emitida, migración, todo online. Es una sociedad muy digitalizada, lo que reduce la fricción social. Te diría que es de las que mayor apertura de mercado tienen, siempre entre las 10 mejores del mundo en cuanto a freemarket y aceptación social en general”, comenta.
Sin embargo, no solo es la apertura lo que genera fascinación, sino también las condiciones en que se encuentra el país: “Es una sociedad supereficiente, conectada digitalmente, con un ingreso per cápita de los más altos del mundo y un nivel de educación superlativo”, revela Sebastián, que también pondera: “Es un lugar extremadamente limpio, diría casi pulcro. Me sorprendió haber llegado al aeropuerto y ver esas explanadas verdes de árboles sin un papelito tirado”.
Una ciudad en un jardín
La predominancia de Singapur en los rankings es consecuencia directa de cómo se planificó y se sentaron las bases hace más de 50 años: “Cuando surge en los años 60, se hace un estudio y se define que será una ciudad en un jardín, con ciertos espacios verdes, pulmones, que son fundamentales para el país”, explica Arcuri. Además, menciona: “Singapur llegó a ser sustentable en agua recién hace pocos años, entonces la planificación urbana es al máximo y, dentro de ella, lo digital es clave”.
Orden y modernidad
Cinco millones y medio de personas, en una superficie de casi 730 kilómetros cuadrados. ¿Cómo hacer que no sea un caos? Singapur lo resolvió: “Todos los autos tienen un aparato con una tarjeta de seguimiento y código que te debita directo de tu cuenta, dependiendo del valor de la zona y el horario en que te movilizás. Sí, hoy en día es una tecnología que se usa en Londres y otras grandes ciudades, sin embargo, Singapur lo implementó hace 20 años”.
Sobre esta y otras tecnologías que se han introducido hace tiempo, el argentino, que hoy vive en Uruguay, sentencia: “Singapur fue un ejemplo a seguir para otras sociedades que aprendieron a digitalizarse y sigue profundizando esa transformación”.
Un estilo de vida particular
Para variar, Singapur lidera estadísticas con relación a horas de trabajo y estudio, algo que influye en el estilo de vida de sus habitantes: “Es un hectic lifestyle, muy movido, se trabaja mucho y quedan pocas horas. Entonces, lo que la sociedad demanda es el mejor confort posible, y se puede considerar como lujo, pero hay que entender esa otra parte”, recalca el argentino.
El mercado de real estate es una buena manera de graficar el modo de vida en esta república insular: “Es uno de los más caros del mundo”, avisa Seba, y se explaya: “Hay tres tipos de casas, las HDB, que son departamentos hechos por el Gobierno en rascacielos de 40 y 50 pisos de mucho lujo destinados a una clase media, los condominios privados de lujo y las casas landit (en tierra), que son las más caras porque en Singapur hay poca tierra”.
Yendo al detalle, cuenta: “En promedio, un HDB ronda los 400 y 500 mil dólares; un condominio, alrededor de millón y medio; mientras que la casa en tierra se va a unos 4 millones de dólares”. De todas formas, la opulencia del real estate en Singapur tiene que ver con que su nivel de ingresos per cápita es, más o menos, de 50 mil dólares al año.
“La aspiración de cualquier persona en Singapur es tratar de tener su casa”, señala, y advierte: “Llama la atención el nivel de equipamiento, porque las más modernas que salen al mercado tienen una tecnología incorporada sorprendente”.
La seguridad es la sensación
Es raro encontrar titulares relacionados con la inseguridad en Singapur, y Sebastián, desde su experiencia, lo confirma: “No hay crimen, son casos contados con los dedos”, dice, y argumenta: “El control de armas es muy grande. Hay penas altas por tener, portar y usar armas. Es difícil de explicar, pero la sensación de seguridad es permanente en cualquier lugar y horario”.