El poder de los colores en el diseño de interiores
En la arquitectura y el diseño, la elección de los colores es de las decisiones más importantes. Depende el color, cambia la experiencia y la percepción del usuario en ese espacio, por eso su relevancia.
Según la psicología del color, cada tonalidad se asocia con un estado de ánimo o un sentimiento. El ser humano transita gran parte de su vida en su vivienda, un espacio cerrado y dedicado a su bienestar u confort, y por eso ese lugar debe estar pensado para generar sensaciones agradables y confortables a la vista.
El sentido de la vista nos permite poder percibir muchos aspectos de un espacio, ya sea las dimensiones, las distancias, formas y sobre todo los colores y tonalidades. En síntesis, el color puede cumplir dos funciones con mucho potencial: Definir el tipo de estilo del lugar, y de manera contraria, modificar la percepción del mismo hacia algo no deseado.
La temperatura del color
Es de público conocimiento que los diferentes colores son capaces de generar mayor iluminación, amplitud, comodidad, contraste, entre otros sentimientos, pero ¿Qué tono cumple cada función?
A veces, al momento de hablar de colores es más fácil clasificarlos dentro de su temperatura, es decir, colores cálidos, fríos o neutros.
Los colores cálidos (amarillo, marrón, naranja, dorado, rojo) para el diseño de interiores tienen el poder de generar calidez, cercanía, vitalidad y amplitud. En segundo lugar, los tonos fríos (azul, verde, violeta) generan renovación, pureza, calma e intensidad. Aunque igualmente, es importante tener en cuenta que al hablar de colores no hay que dejar de lado las tonalidades e intensidades, a veces los colores más claros suelen ser mejores que los oscuros o viceversa, no es lo mismo hablar de la decoración de un living, que de una oficina o un gimnasio.
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Animarse al “total white”: una decoración moderna y minimalista
El “total White”, una de las últimas tendencias en el mundo del diseño de interiores, una manera de conectar con lo sencillo de los espacios.
¿De qué se trata el estilo “total white”?
El “total white” o blanco sobre blanco es un estilo de decoración que se basa en decorar toda una casa (o un ambiente en particular) solamente en tonos blancos, la idea es incluirlo en paredes, pisos, muebles y adornos, si es que se busca lograr el efecto completo. Este estilo tiene como objetivo aprovechar y potenciar todos los beneficios del color blanco para un espacio en particular, los cuales son: Generar amplitud, pureza, luminosidad, serenidad, protección, elegancia, limpieza, entre otras sensaciones súper positivas para habitar un espacio.
Algunas ideas para implementar el “total white” en casa
Esta tendencia es ideal para potenciar ambientes pequeños, y se la puede clasificar dentro de un estilo minimalista, que básicamente busca mostrar algo sencillo y natural.
Se podría decir que esta tendencia tiene algunos inconvenientes como por ejemplo que el blanco se suele manchar seguido, o también que para algunas personas, a largo plazo se les vuelve aburrido visualmente. Por ese motivo, algunas personas prefieren priorizar el blanco en sus ambientes, pero mezclarlo también con otras texturas o tonos como puede ser madera, piedra, fibra natural, colores beige, pasteles o grises. En esa línea, también esta bueno tener en cuenta que se pueden combinar diferentes tonalidades de blanco.
Por otro lado, otra recomendación es probar con luz artificial cálida, ya que las luces frías solo generaran un ambiente más serio y lineal a la vista. Todo esto igualmente dependerá de los gustos de los habitantes y también de las condiciones, funciones y dimensiones de ese espacio.
Dentro del estilo “total white” no hay que olvidarse de la decoración con plantas, el color blanco y el verde realizan un contraste muy armonioso para cualquier espacio, nunca falla.
Con respecto a la vista, es importante destacar que las paredes blancas reflejan bastante la imagen del exterior, por lo cual hay que saber aprovecharla o no según corresponda.