Utilizar el baile como una forma de hacer ejercicio e incluirlo en la rutina, es una opción para ir en búsqueda de ese bienestar que la actividad física persigue. Zumba® nació entonces como una alternativa, siendo pionera en esta combinación de baile y fitness, logrando convertirse en un fenómeno mundial. Pero ¿de qué se trata la actividad?, eso lo responde Magdalena Mackintosh, instructora certificada: “Una clase de Zumba® combina música, pasos de baile y ejercicio al mismo tiempo. Muchos dicen que es hacer ‘ejercicio disfrazado’ porque bailando y disfrutando, la clase se hace muy llevadera, es divertida y, sin dudas, se ejercita todo el cuerpo”.  

Además, la encargada de llevar adelante las clases del Club Puertos, explica porque se diferencia del baile coreográfico: “en Zumba® los alumnos siguen en el momento la coreografía, por lo que los pasos suelen ser más sencillos y repetitivos, manteniéndose en movimiento todo el tiempo”.

Magui, que hace 4 años renunció a su empleo como Licenciada en Marketing por el estrés con el que lidiaba, encontró en Zumba® una nueva manera de vivir el día a día: “El objetivo que se persigue en cada clase va más allá de lo estrictamente físico, que puede ser bajar unos kilitos, modelar el cuerpo o mejorar la capacidad cardiorrespiratoria. Particularmente busco que mis alumnas se llenen de energía, que sea ese momento del día donde se desconectan de la rutina, del trabajo, de las preocupaciones, para conectarse con ellas mismas y con el disfrute de bailar”.

Sus clases han ganado protagonismo en la zona y se ha vuelto algo así como una sensación, una influencer de esta actividad, con casi 15.000 seguidores en su Instagram, un canal propio de Youtube y una plataforma web completa donde se ofrecen clases virtuales: “si soy una persona reconocida es por el boca en boca de mis alumnas que encontraron en mis clases un espacio que les hace bien, y eso me llena de satisfacción”, reconoce y agrega a continuación: “lo que más me gusta de la actividad que hago es poder cambiarles el día y mejorar su calidad de vida. Destaco también que mis clases se transformaron en un excelente lugar para socializar, conocerse entre vecinos y hacer amistades”.

Un estilo cargado de energía

Las clases de Magui se destacan por un estilo muy personal: “yo digo que soy una Instructora de Zumba® pero no hago exactamente Zumba®”, comenta entre risas y amplía: “Si bien al pagar la licencia de Zumba® uno recibe coreografías y música para utilizar, la realidad es que yo no uso eso. En cambio, ideo mis propias coreografías y elijo los temas musicales que me gustan a mí y que suenan en la radio”.

Otra diferencia con la Zumba® como tal, está en que: “el instructor no habla en clase, sino que indica solo con señas y yo, por el contrario, busco indicar y motivar con la voz a mis alumnas, elevando el nivel de energía y haciendo que ellas interactúen también”, afirma la propia instructora.

Esa particular forma de afrontar la disciplina, la llevó a Magui a destacarse, ser reconocida y poder crear su propia marca personal: MAG DANCEFIT. “Cada coreografía que hago tiene mi impronta, pienso en los pasos de baile, los ejercicios fitness y partes del cuerpo que quiero trabajar, en la energía de la música y en la energía que se moviliza dentro mío cuando la realizo”, expresa y cuenta que, durante la cuarentena, cuando comenzó a dar clases virtuales, recibió comentarios de distintas partes del mundo que le halagaban su capacidad de traspasar la pantalla, algo que potenció el eslogan: “energía que contagia”.

¿Cualquiera puede hacer Zumba®?

En la visión de la creadora de MAG DANCEFIT sí, cualquiera es capaz de hacerlo, y lo fundamenta: “no hace falta ni saber bailar, ni tener buena coordinación, todo eso se va adquiriendo. Tampoco hay límites de edad, a mis clases vienen desde adolescentes hasta personas de más de 60 años. Como dije, esta actividad trabaja en los 3 planos y si el plano físico presenta algún impedimento, en los otros planos se sigue ganando absolutamente”.

En este punto Magui admite que sus clases suelen ser bastante enérgicas, pero aun así señala: “sugiero a cada persona que adapte la rutina que propongo a la medida de sus posibilidades. Que no importa cómo se muevan, si sale bien o mal la coreografía, si saltan o no saltan, si coordinan o no, sino que se muevan de alguna manera, pero sobre todo, que disfruten del momento y del espacio”.

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Los beneficios de hacer Zumba®

“Bailar es un excelente ejercicio porque actúa en los 3 planos: físico, mental y emocional”, comienza resaltando Magui, quien además detalla: “A nivel físico, mejora el sistema cardiovascular y respiratorio, mejora la coordinación, el equilibrio, fortalece músculos y huesos, así como ayuda a adelgazar y modelar el cuerpo. En lo mental, reduce el estrés, aumenta la energía vital y activa el cerebro, forzando a centrarse en la coreografía y memorizar pasos. Finalmente, a nivel emocional mejora el autoestima, da una sensación de bienestar general y disipa sentimientos negativos como el miedo, la ira o la angustia”.

 

¿Quién es Magdalena Mackintosh?

“De chica me gustaba mucho bailar, pero nunca fui amante de la actividad física ni del deporte, sin embargo, cuando me mudé a Puertos me propuse empezar para ganar en calidad de vida. Hice tenis, seguí con funcional, gap, de repente me ejercitaba 5 de 7 días a la semana, y me encantaba”, relata Magui. “Cuando pensé en renunciar a mi trabajo, evaluando posibilidades surgió hacer el instructorado de Zumba® que combinaba baile, esa pasión de pequeña, con fitness, que era lo que había descubierto de grande que me gustaba muchísimo”, cierra.