Yoga: una opción siempre al alcance para sentirse bien

Una clase de yoga va más allá de las posturas, movimientos y técnicas que se inculcan en cada alumno. La práctica se nutre mucho del contexto en que se lleva adelante, así como de todo lo que pueda influir en los sentidos de la persona que la realiza. Como explica Virginia Cassaretto, profesora especializada en la Yoga Alliance Internacional, es una actividad muy consciente, se necesita estar presentes en cuerpo, mente y alma, para conectarnos y hacer la unión de esos tres componentes”.

Ampliando este abordaje a lo que representa el yoga, agrega: “Es una práctica donde uno se conoce y experimenta un momento consigo mismo. Se les da mucha importancia a los sentidos y se los agudiza, desde el olfato y el oído hasta la energía de quienes están presentes. Es la satisfacción del cuerpo en movimiento, la mente presente en los sentidos y el alma satisfecha.

Un ambiente acorde

En concordancia con esa importancia que tiene el contexto en que el yoga se desarrolla, Virginia resalta el lugar donde ella misma se desenvuelve como profesora. Se trata de la ciudad de Puertos, en la que reside hace ya algunos años: “Practicar yoga aquí en Puertos me parece una oportunidad alucinante. Me da la posibilidad de conectarme con el sonido y el ambiente de la naturaleza. Quienes vienen se van muy conectados con ellos mismos y con el ambiente”.

Recordando la primera vez que conoció la zona, expresa: “Cuando vi el lugar, la amplitud, la propuesta sustentable y la naturaleza que la rodea, me di cuenta de que quería vivir acá”, y suma: “Vivir en armonía, las luces, el sonido, la cantidad de plazas, el aire libre, me parece espectacular. De alguna manera, es como vivir en una ciudad, pero rodeados de naturaleza.

Yoga en primavera: florece la conexión

Los cambios estacionales pueden pasar desapercibidos en cualquier otra actividad, pero no en el yoga. Virginia destaca: “El yoga está muy relacionado con los cambios de estación. En cada solsticio o equinoccio se realizan 108 saludos al sol, una ceremonia para dar inicio a esa nueva estación. Se dice que es como una desintoxicación del cuerpo.

Sin embargo, hay una que supera en relevancia a las demás: En la que más hincapié se hace es en la primavera porque representa en nosotros como un renacer. Todas esas semillas que estuvieron invernando florecen, como nosotros, que estuvimos durante el invierno mucho más hacia adentro”.

Las modificaciones no son solo de temperatura o color, aunque todo lo que sucede en primavera es, de cierta forma, positivo para el yoga, sino que también se dan a nivel prácticas: En invierno suelen ser más suaves las clases, mucha meditación y pranayama (respiración), mientras que al venir la primavera comienza una época cercana al sol, lo que significa más energía, y eso se transmite hacia adentro. Las prácticas se potencian y agilizan, el cuerpo está más liviano”, explica Cassaretto.

El combo de primavera y yoga es armónico, natural. La primavera es el momento para conectarse con la naturaleza, salir de la oscuridad del invierno, practicar en el parque, meditar en contacto con el ambiente. Sucede que incluso los pájaros comienzan a aparecer en mayor medida y acompañan. Mismo mariposas, plantas, brotes”, enuncia con entusiasmo la profe que desde 2008 tiene ese título.

Posturas Primaverales

Con el cambio de estación, se dejan atrás las comidas más calóricas y ocurre algo así como una “liberación”, como la propia Virginia lo define: “Se comienza a quemar esas calorías a través de una práctica más dinámica. Se puede pasar del hatha yoga, que es algo más estático, al estilo vinyasa o ashtanga.

A fin de lograr una depuración del organismo, la yogui experta marca la línea a seguir: Se practican muchas torsiones, que, además de energizar la columna vertebral, aprietan los órganos, llevan sangre nueva y depuran”. Surya Namaskar (o saludo al sol), Natarajasana (postura del bailarín real), Ustrasana (postura del camello), Virabhadrasana (secuencia de los guerreros), Sirsasana (parada de cabeza), son algunas de las mencionadas y recomendadas.

El momento ideal

Comenzar yoga en primavera es oportuno, aunque Cassaretto aclara: “Hay que tomarlo con calma. porque se trabajan pequeñas partes del cuerpo que quizá nunca se movilizaron”. Sin embargo, hecha la aclaración, invita al movimiento: “Naturalmente se siente la necesidad de moverse en estos tiempos, la actividad al aire libre llama. Hay un renacer, la primavera es el momento ideal para iniciar cualquier actividad que mueva la sangre y haga fluir la energía".

Práctica con múltiples beneficios

Más allá de la época, hacer yoga es una excelente manera de mantenerse saludable. “Cambiar malas posturas, apaciguar dolores y estar más consciente del cuerpo, el sentir y el pensar. Con el yoga se pueden canalizar pensamientos negativos, identificarlos y dejarlos pasar para enfocarse en los positivos, sentencia Virgina.