La oportunidad de utilizar el techo en favor del diseño

Los techos no suelen estar dentro de la consideración del diseño que se propone o se le quiere dar a uno o más ambientes de la casa. Lo usual es que se recurra a un techo liso, clásico, la más vieja y confiable opción para que no haya incoherencias ni desentone con respecto a lo realizado con las otras cuatro paredes, mobiliario y cualquier otra intervención del interior. 

Sin embargo, a pesar de lo sencillo y efectivo que resulta optar por un techo liso, es bueno saber que también existe la posibilidad de dotar al techo de una mayor funcionalidad y que este, a su vez, otorgue un importante retorno al diseño implementado. ¿Cómo hacerlo? aquí es donde surge el concepto de los techos falsos, un recurso que resulta ideal para reinventar el hogar o darle una nueva vibra y vida a un espacio determinado.

La técnica de la quinta pared

A un techo falso también se lo conoce como la quinta pared, justamente por el valor que toma dentro del diseño. Esta técnica para llevar la decoración a un siguiente nivel, encuentra una de sus principales virtudes en lograr disimular y hasta camuflar los cableados de servicios, más cuando se trata de un edificio. Además, aporta para conseguir un mejor aislamiento térmico y de temperatura, al igual que se luce como una herramienta para la iluminación de la sala en la que se encuentre. 

¿De dónde viene la idea de los techos falsos?

Aunque parece un invento de la modernidad y se lo asocia precisamente con construcciones y diseños modernos, lo cierto es que los techos falsos se pueden rastrear mucho tiempo atrás, siendo originarios de la Japón del siglo XIV. Por supuesto que desde allí ha transcurrido por una evolución, en especial de diseño, a través del tiempo y las diferentes épocas, con sus respectivas tendencias y avances.

En el Reino Unido, su primera utilización data de fines del siglo XVI, con el objetivo de mejorar la acústica de un teatro. De todas formas, su gran impulso se dio efectivamente en el siglo XX, era moderna, llegando a su esplendor en la década de 1970, constituyéndose como una real tendencia, destacada en el diseño de interiores.

Diseñar un techo falso

Lo que suele hacerse es diseñar el techo falso como si fuera por capas, establecidas en diferentes niveles, lo que brinda un aspecto tan original como artesanal. La iluminación suele ser una fija, pero la variedad que puede tener es un punto interesante para destacar, ya que puede tratarse de una iluminación sencilla, con elementos incrustados y que sean directos o apunten en distintas direcciones, o bien elegir una iluminación difusa, tal vez con canaletas que realcen el ambiente, pudiendo estas últimas ser de un color diferente al resto.

Los techos falsos y su vínculo con la luminaria del hogar, son una combinación perfecta para darle un juego diferente al ambiente, resaltando detalles en particular o haciendo variable los claros y oscuros según se necesite. Quienes son más conocedores en la materia, lo definirían como un juego drámatico y visual del espacio.

En esa misma línea, un techo falso permite dejar volar la creatividad y apostar por mezclar materiales. colores y hasta texturas, por ejemplo, agregando pantallas de madera o vigas de este mismo material, con un patrón de iluminación particular por cuadrantes, como se deja ver en la imagen de abajo. Dato aparte, siempre hay que tener en cuenta que un techo falso queda suspendido entre 10 o 15 centímetros desde la estructura del techo real.

Materiales y formatos posibles de techos falsos

Los techos falsos pueden variar en su composición, lo que los hace idoneos para distintos estilos y diseños. Conocé lo que cada material tiene a favor para ser protagonista en la quinta pared. 

Yeso

Una de las opciones más recurrentes en los techos falsos, es la de recurrir al yeso. ¿Por qué tan popular? primordialmente porque se trata de una forma simple de conseguir lo que se busca, ya que las placas de yeso, que vienen prefabricadas, se ajustan a marcos de metal con tornillos y el resultado se obtiene, además de manera sencilla, de un modo más rentable y rápido.

Yeso en polvo

También existe una alternativa en polvo, que permite una mayor maleabilidad. Es decir, se le puede dar una forma más original al diseño. 

Madera

La madera siempre es una tentación, pero hay que marcar que cuando se habla de un techo falso es algo más dificil de incorporar y ciertamente más costoso. Claro, los resultados serán superiores, sobre todo por la calidez que aporta la madera desde el techo, logrando un atractivo particular, con una textura natural que en estos tiempos es muy requerida. Profundidad y dimensión, son otros dos conceptos que incorpora al interior.

PVC

¿Hay techos falsos de PVC? Si, claro, y son ideales para los espacios que cargan con mucha humedad de ambiente, como pueden ser el baño, cocina o incluso un balcón. Asimismo, este material es noble para un área subterranea, como un sótano, debido a su resistencia contra la mencionada humedad y los problemas que derivan de ella (moho, manchas, filtraciones, entre otras). Como plus, el color y el diseño puede elegirse a gusto

Paneles en 3D

Una alternativa algo más experimental, pero que puede ser muy atractiva. No hay mejor manera de darle una impronta personal al diseño que realizando los paneles del techo falso con esta tecnología, la cual puede aportar detalles que otros materiales no