Un vehículo histórico que se convirtió en un modelo de actividad física y salud
Si se quieren encontrar registros de los antecesores de la bicicleta actual y moderna, hay que irse a 1817, cuando Karl Freiherr von Drais creo un vehículo de dos ruedas en línea que sostienen un cuadro (de madera en ese entonces, hoy es de aluminio generalmente) y un manubrio para controlar la dirección. Todavía no se incluían los pedales, algo que llegaría poco tiempo después.
Fue en 1885, cuando luego de varios intentos, la bicicleta moderna tomó forma, muy similar a la de la actualidad con frenos, llantas con cámara de aire y una cadena con conexión a la rueda trasera. Además, su diseño garantizaba mucho más comodidad al ciclista, ya que le permitía adoptar una postura menos rígida y más natural. A partir de allí, la bicicleta se transformó en un mayor complemento pensando en la salud, además de un medio de transporte por excelencia, de bajo costo, eficaz y aliado del medio ambiente.
Muchos estilos y distintas maneras de adoptar a la bicicleta como compañera de actividad
El paso del tiempo fue relegando a la bicicleta como medio de transporte, tras la aparición del automóvil y demás, pero a la vez le otorgó un rol fundamental en la realización de actividad física o al menos en una manera recreativa de recorrer distancias. Ante eso, surgieron distintos estilos de bicicletas, como pueden ser las playeras, de paseo, las todo terreno (mountain bike) y hasta la bicileta fija, mucho más enfocada en contribuir a la salud de una persona, centrándose en el ejercicio y no en la necesidad de aire libre.
De hecho si se piensa hasta en un estudio médico, la utilización de la bicicleta juega un papel protagonista como lo es en las ergometrías. En tal estudio se exige al paciente a través de diferentes cargas y tiempos, con una bicicleta fija como elemento, para medir el nivel de respuesta, en especial del corazón.
Salud corporal, salud mental y salud ambiental, una triada en dos ruedas
Hablamos de la bicicleta como una aliada de la salud física de una persona y daremos a continuación ejemplos concretos de las partes del cuerpo que se trabajan y además los beneficios que el uso de la bicicleta genera. Sin embargo, antes de eso, también vale destacar la función ambiental que completa la utilización de la bicicleta como vehículo.
En un avanzado siglo XXI, donde los motores a combustión han dejado ya evidencias de su incidencia en el deterioro de la capa de ozono, entre otras problemáticas, la bicicleta vuelve a surgir como una alternativa limpia. En algunos lugares del mundo se fomenta fervientemente su utilización, porque también soluciona otros problemas importantes que influyen a su vez en la salud mental de las personas. El tráfico, los accidentes viales y hasta la falta de estacionamiento, problemáticas cotidianas que muchas veces se ven resueltas al pedalear.
Está claro que en grandes distancias, la bicicleta no puede competir con vehículos motorizados, sin embargo para distancias cortas a medias, ha vuelto a ser uno de los medios más recomendados desde todo punto de vista. Más cuando se tiene en cuenta que en autos y otros rodados más grandes, los motores a combustión comienzan a ser dejados de lado para pasar a modelos más verdes como los eléctricos. Leé más de motores eléctricos en vehículos acá.
Los 5 beneficios indispensables de la bicicleta y su incidencia en la salud
Es momento de poner en palabras claras cuales son los aportes que el uso de la bicicleta tiene de manera directa en la salud de una persona. Revisá esta lista de 5 beneficios y comenzá a pensar cuál es tu modelo de bici ideal para poder aprovechar todas esas ingerencias saludables.
1- Oxigenación y liberación, un guiño a la cabeza
Una de las cuestiones más importantes, es poder liberar estres y darle un respiro al cerebro a través de andar en bicicleta. Muchos estudios han demostrado que el uso de la bicicleta oxigena el cerebro y genera ciertas hormonas (endorfinas, dopamina, serotonina) que combaten el estres y se combinan para producir mejoras en el estado emocional. Esto es porque se induce una sensación de felicidad, de placer y logra un mejor descanso (sueño).
Además, el aumento de la capacidad aeróbica y pulmonar, facilitan el intercambio de gases (oxigeno / dióxido de carbono) y lo convierten en un proceso mucho más eficiente para el funcionamiento general del cuerpo.
2 - Pedalear fortalece el corazón
Así como se mejora la cuestión aeróbica, también la bicicleta permite aumentar la capacidad anaeróbica del cuerpo. De esta manera, el corazón bombea sangre con más fuerza y el recorrido de la misma amplía la llegada del oxigeno a todo el organismo. Se flexibilizan los vasos sanguineos, se fortalece en general el sistema circulatorio y por ende, el corazón.
Otra consecuencia positiva de esto es que se disminuye la frecuencia cardíaca en reposo, lo que permite tener una respuesta mucho mejor al momento de realizar cualquier actividad cotidiana. Por último, pero no menos importante, hay que decir que respecto a los beneficios cardiovasculares, la quema de calorías se da en en formato de grasas, reduciendo colesterol malo y aumentando el bueno.
3- Las articulaciones otras de las beneficiadas al andar en bicicleta
Al andar en bicicleta, se ven afectadas otras funciones del cuerpo que a veces están pasadas un poco por alto como pueden ser las articulaciones. El fortalecimiento de la musculatura en las piernas, viene dado por una buena estabilidad, en especial de las rodillas. Esto, sumado a que la mayor parte del peso va soportada por el asiento, genera que no haya impacto articular que sea peligroso. El movimiento del pedaleo, también fomenta que los nutrientes alcancen los cartílagos, dando como resultado articulaciones sanas y protegidas.
En este punto es fundamental tener en cuenta que tanto el asiento como el manubrio de la bicicleta deben estar ajustados a la altura y condiciones físicas generales de cada persona. Si estos dos componentes no son armónicos con la postura del individuo, no generarán el efecto de beneficio en las articulaciones que explicamos antes.
4- Una espalda tonificada es posible gracias a andar en bicicleta
Cuando se busca tonificar la espalda, muchos intantaneamente piensan en la natación, sin embargo andar en bicicleta también es una práctica que logra este beneficio estético y de salud corporal. Es importante que para conseguir este efecto, se tenga presente lo dicho anteriormente respecto a los ajustes de asiento y manubrio.
Los cuadriceps, isquiotibiales, gemelos y gluteos son claramente los músculos que más se ven impactados en su desarrollo, pero la espalda puede verse alcanzada también con el andar en bicicleta. La tonificación se da en el movimiento o mejor dicho la postura de inclinación sobre el manubrio, que provoca una tensión en la zona lumbar y que la misma se refuerce. A futuro, esto también evitará la aparición de hernias y los dolores recurrentes de espalda.
5- Andar en bicicleta: una actividad que puede ser compartida
Un beneficio muy importante de andar en bicicleta es su capacidad de transformarse en una salida social, capaz de generar vínculos interpersonales que persistan en el tiempo. Actualmente hay muchos grupos que se organizan para coordinar sus salidas y compartir de esa manera la actividad, haciéndola mucho más amena y divertida.
Este comportamiento social a través del andar en bicicleta, genera a su vez en la salud una mejora del ánimo y fomenta claro la capacidad de integración a un grupo. A su vez, es una opción también para que andar en bicicleta se convierta en un plan familiar, buscando fortalecer esos lazos.