Saltos en atletismo, desde el origen de la disciplina

Si bien el atletismo es una disciplina con un abanico de pruebas amplio y variado, las pruebas de salto conforman un grupo casi fundacional que forman parte del deporte desde antaño. Con diferencias marcadas entre sí y que seguramente has visto en alguna oportunidad por televisión, este conjunto de pruebas se destacan por exigir en sus atletas una serie de habilidades indispensables como la velocidad, la fuerza y la coordinación.

Pero, ¿cuántos son los diferentes tipos de saltos? Pasando en limpio, las pruebas de salto son el salto en alto, salto en largo, salto con garrocha y triple salto. En todas ellas, los atletas deben ejecutar uno o varios estilos de salto pero requieren irremediablemente de la ejecución de una técnica integral perfecta para lograrlo con éxito.

El origen del atletismo

En tan solo algunos meses, la elite del deporte mundial se reunirá en la capital francesa para celebrar una nueva edición de los Juegos Olímpicos y allí se podrán ver, además de las pruebas de atletismo y sus distintos tipos de salto, una enorme gama de disciplinas que buscarán nutrir el medallero para sus respectivos países. Aunque parezca imposible, esta costumbre ya lleva más de 100 años, y el atletismo siempre estuvo ahí.

El primer registro del atletismo como tal se remonta al 776 a. C. en Grecia y de allí viene su denominación, que proviene del término atlhon, "competencia" o "combate" en griego. Desde aquel momento, la discplina fue desarrollándose hasta que fue incluída en los primeros Juegos Olímpicos modernos en Atenas 1896, transformándose entonces en uno de sus deportes fundacionales. 

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¿Cuáles son las cuatro pruebas de salto en atletismo?

Tal como decíamos, el atletismo se compone de una gran cantidad de pruebas. En este sentido, puede hacerse una primera clasificación en pruebas de carrera, lanzamiento y salto, aunque también podríamos incluir como una categoría a parte a las pruebas de marcha.  Dentro de cada uno de estos grupos, se desarrollan una serie diferente de pruebas que, a su vez, pueden combinarse para conformar algunas pruebas combinadas, como el pentatlón o decatlón, por ejemplo.

Poniendo el foco en las pruebas de salto, entonces, cada una de ellas tiene características bien distintas y atletas especialistas que se preparan específicamente para desarrollarlas con éxito en cada competencia. Veamos a continuación, entonces, sus detalles.

Salto en alto

El salto en alto o salto en altura, tiene como objetivo sobrepasar una barra que se coloca en altura de forma horizontal entre dos postes verticales. El atleta inicia la competencia en la altura que decida pertinente y cuenta con tres intentos para iniciar una carrera e intentar ejecutar un salto que permita superarla sin derribarla. En caso de hacerlo con éxito, avanza a una siguiente ronda donde la barra se situa tres, cuatro, cinco o hasta seis centimetros más arriba, dependiendo de las reglas de la competencia. Esta secuencia se repite hasta que quede un solo atleta sin fallar sus tres intentos en una ronda. 

Esta prueba forma parte del atletismo moderno desde su primera edición en la modalidad masuclina, mientras que en la femenina se incorporó en Amsterdam 1928. Por otro lado, el actual récord mundial es de Javier Sotomayor, de Cuba, con 2.45 m entre los hombres y de Stefika Kostadinova, de Bulgaria, con 2.09 m entre las mujeres. 

Salto en largo

También conocido como salto de longitud, esta prueba también compone el programa olímpico desde 1896, aunque en la rama femenina ingresó recién en Londres 1948. Al día de hoy, los récords mundiales de salto en largo pertenecen a Mike Powell, de Estados Unidos, con 8.95 m, y a Galina Chistyakova, quien compitió al conseguirlo por la Unión Soviética, con 7.52.

Durante su desarrollo, en esta prueba los atletas deben iniciar una carrera que termina en una tabla de batida que determina el límite para efectuar el salto. La caída se efectúa dentro de una fosa de arena y la distancia conseguida se determina midiendo desde la tabla hasta el punto más cercano a ella donde ha tocado el atleta al caer sobre la arena. Con esta dinámica, los competidores hacen tres saltos cada uno y los ocho mejores pasan a la siguiente ronda, donde vulevne a efectuar tres saltos consolidándose como ganador el que logra le más largo.

Triple salto

Su modalidad de competencia es prácticamente igual al salto en largo con dos rondas de tres saltos hasta determinar al ganador. Lo que cambia, claro, es la forma de saltar. En este caso, la principal característica es que debe hacerse una secuencia de pasos antes de caer sobre la forsa de arena. Esta se compone de tres saltos: el primero desde antes de la tabla de batida con la pierna inhábil, el segundo nuevamente con la misma pierna y el tercero efectuando un cambio de pierna para dar impulso antes de la caída final.

Similarmente a sus pruebas hermanas, la rama masculina del triple salto integra los juegos olímpicos desde sus inicios, sin embargo, la femenina se incorporó recién en Atlanta 1996. Jonathan Edwards, de Gran Bretaña, ostenta el récord mundial de hombres con 18.29 m y, por su parte, Yulimar Rojas, de Venezuela, lo hace entre las mujeres con 15.74 m.

Salto con garrocha

Para muchos la prueba de salto más vistosa y que requiere de un implemento fundamental para su realización. También conocida como salto con pértiga, esta prueba exige a los atletas superar una barra horizontal a gran altura con la ayuda de una garrocha o pértiga flexible de entre 4 a 5 metros, que los impulsa para poder sobrepasarla. Su modalidad de competencia es muy similar a la del salto en alto, aunque se agregan algunas condiciones más para considerar válido el salto debido a sus características propias y el uso de un elemento externo.

El salto con garrocha compone el programa olímpico desde Atenas 1896, en la rama masculina, y recién se incorporó a la rama femenina en Sidney 2000. Quienes tienen el récord olímpico son Armand Duplantis, de Suecia, con 6.23 m entre los hombres, y Yelena Isinbayeva, de Rusia, con 5.06 m entre las mujeres.