Cuidar los muebles y lucirlos siempre en todo su esplendor

Los muebles de una casa no son descartables ni mucho menos, de hecho suelen ser elementos que se eligen con una larga proyección en el tiempo y que suelen requerir una inversión considerable por parte de cualquier persona o familia. De la misma manera, los muebles son protagonistas absolutos en cualquier hogar y es por eso que merecen una atención especial que logre sostenerlos en su mejor versión durante el mayor tiempo posible. 

Desde sillones, sillas, mesas, bibliotecas y hasta camas o muebles de cocina (mesadas, barras, estantes, etc.), todos necesitan de cuidado y mantenimiento, por más resistente que sea el material del que están hechos. Por supuesto, algunos podrán subsistir con menos intervención o cuidados, pero un mueble olvidado se nota y eso puede influir significativamente en la estética, diseño y vista general de un espacio de la casa. 

Los mejores materiales según el ambiente y mobilario

Existen materiales que son una fija al momento de pensar en determinados muebles dentro de una casa. Si pensamos en un sofá o sillón para la sala, lo mejor en cuanto a resistencia es el cuero, aunque también es una de las opciones más demandantes en cuanto a mantenimiento, por lo que la microfibra, la gamuza suave y el cryptón son otras alternativas resistentes y que se limpian fácilmente. 

Pasando a la cocina, no es ninguna novedad ni descubrimiento decir que lo mejor es la madera, no solo por su resistencia, sino porque es posible renovarlos muchas veces con apenas una lija y un poco de barniz. Además, a todo eso también se le agrega que es un complemento natural que le da un toque siempre cálido a la cocina.

En cuanto a la dicotomía entre dos nuevos materiales que han ganado terreno como el PVC y la melamina, hay que decir que son dos opciones más accesibles y con muy buenos resultados, pero con menor vida util. El PVC se destaca por su liviandad y su relación costo-calidad, mientras que la melamina se impone en cuanto a resistencia, con mayor tolerancia a los liquidos, aunque cualquier derrame si no es secado a tiempo puede producir alteraciones y hacer estragos en la forma, durabilidad y estética. 

5 lifehacks para cuidar tus muebles y darles una larga vida 

Anotá estos tips que te pueden ayudar cuando no sabés que hacer con esas manchas, rasguños o cualquier otro problema en tus muebles, ya sea producto del uso, accidentes domésticos o simplemente el paso del tiempo.

Una mezcla que nutre la madera

Una buena opción para cuidar las mesadas de madera maciza es más simple de lo que cualquier puede creer. Es que seguramente en la mayoría de las cocinas los ingredientes de esta mezcla se encuentran fácilmente, ya que la misma lleva: aceite de oliva y vinagre de vino en proporciones iguales. Puede rebajarse un poco con agua, pero no demasiada.

Una vez hecha la mezcla, con un paño de algodón se distribuye sobre la superficie a proteger y se deja secar por al menos una hora. Puede realizarse también con aceite vegetal y jugo de limón. 

No más rayas, marcas, ni grietas en la madera

En cuanto a las marcas que suelen hacerse en un mueble de madera, sea en la cocina o la sala, siendo lo más común las mesadas y mesas por sus funciones, aunque también en sillas puede darse, hay varias formas de combatirlas.

Una buena manera de ir borrando y teniendo a raya las rayas, valga la redundancia, es la de aplicar vaselina sobre esas pequeñas grietas. Tras media hora de aplicación, se retiran los restos. Otra buena medida es la de frotar una nuez, la parte del fruto comestible, en la misma dirección de la veta de la maera. 

Finalmente, para las marcas de vasos apoyados, las famosas aureolas que se hacen por no utilizar posavasos, ni mantel o individuales, lo mejor es utilizar un corcho como goma de borrar y pasarlo por donde se nota la marca del fondo del vaso. 

Sacar manchas del sillón 

Otra mezcla que quizás no conocías y que viene para salvarte, para evitar que cambies ese sillón porque una mascota o un niño lo ensució. Vinagre blanco y bicarbonato de sodio, solo esos dos ingredientes se necesitan, pero atención porque el vinagre nunca debe aplicarse de forma directa sobre una tela. La forma de preparación es disolver un vaso de vinagre en un litro de agua tibia y agregar una cucharada de bicarbonato.

Luego, llega la parte de limpiar efectivamente, con un paño que esté seco e higienizado, es decir que no manche y ni pierda hilos al pasarlo por la superficie del sillón en cuestión. Se hacen movimientos circulares sobre la mancha y se deja actuar mientras seca. Si no hay vinagre, el jugo de limón siempre está para reemplazo.