Combustibles sostenibles, ¿Qué son?
En un mundo marcado por la creciente contaminación ambiental, cada vez se hace más necesario el trabajo sobre los combustibles sostenibles. De ello depende un futuro más ecológico y saludable.
De un tiempo a esta parte, la contribución de las empresas y productores al cuidado del medio ambiente se ha convertido en una especie de ley no escrita. Cada vez más necesario, lo que dio paso a innovaciones y al surgimiento de nuevos combustibles sostenibles.
Los combustibles sostenibles son diseñados precisamente para ser más amigables con el medioambiente. Lo que implica, entre otras cosas, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir la dependencia de los recursos no renovables.
¿Cuándo se considera que un combustible es sostenible?
Para entender mejor hacia dónde va el futuro energético, es necesario comprender cuáles son los combustibles sostenibles y sus características.
Un combustible sostenible es aquel que no es natural, o sea que, por ejemplo, no se extrae de un pozo de petróleo. En cambio, se obtiene a partir de un proceso de transformación química que se hace de forma industrial con dos materias prima clave: agua y CO2.
Estos combustibles sostenibles son beneficiosos para el medioambiente porque generan un proceso neutro. Es decir, al transformar el dióxido de carbono en combustible, aunque después se vuelva a emitir a la atmósfera, el resultado será un balance cero, porque no se expulsará más CO2 del que ya había anteriormente.
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3 combustibles sostenibles que marcan una diferencia ambiental
Como mencionamos anteriormente, las empresas e inclusos los distintos gobiernos tienen el cuidado ambiental en el centro de la escena. Es por ello que, en los últimos años, son muchos los avances que se han dado en materia de combustibles renovables. Y han surgido distintas alternativas, cada vez más utilizadas.
Biocombustibles
Los biocombustibles son al día de hoy el tipo de combustible sostenible más utilizado. Se producen a partir de la biomasa, como cultivos energéticos: maíz, caña de azúcar y aceites vegetales.
Este tipo de combustible sostenible ya forma parte de nuestro día a día, puesto que las estaciones de servicio contienen más de un 10% de combustible renovable de este tipo. Cumpliendo así, además, con la legislación vigente.
La ventaja de los biocombustibles es que se pueden utilizar en los vehículos de combustión que ya existen, aprovechando de esta manera las terminales de distribución y repostaje actuales.
Con su uso se reduce la emisión de dióxido de carbono, ya que solo se emite el que previamente es tomado de la atmosfera. Al mismo tiempo, la fabricación de biocombustibles representa una enorme oportunidad de crecimiento de la actividad industrial.
Hidrógeno Verde
El hidrógeno verde hace referencia a un tipo de hidrógeno generado por energías renovables de bajas emisiones. Es el tipo de hidrógeno más limpio y sostenible, ya que no genera contaminación ambiental.
La dificultad mayor radica en su producción, puesto que, en la Tierra, el hidrógeno solo existe en combinación con otros elementos. Como el agua y el oxígeno, por ejemplo. Entonces, hay que separarlo y eso requiere de grandes cantidades de energía, además de ser costoso.
El método que se utiliza es la electrólisis, a partir de emplear energías renovables como el sol y el viento. Los países líderes en la fabricación de hidrógeno verde son Australia, Países Bajos, Alemania, China, Arabia Saudita y Chile.
Electricidad Renovable
Otro tipo de combustible sostenible es la electricidad renovable. Que se produce a través de energía solar, eólica, hidroeléctrica y geotérmica. Este tipo de electricidad puede alimentar a vehículos eléctricos y también ser utilizada en procesos industriales en lugar de fuentes de energía convencionales más contaminantes.
En definitiva, adoptar este tipo de combustibles sostenibles es fundamental para abordar los desafíos climáticos y ambientales. El futuro va en esa dirección y los líderes mundiales ya trabajan en una legislación acorde a ello, como por ejemplo los Estados Unidos y la Unión Europea.
