La tecnología en la vida cotidiana

Desde la llegada de la tecnología, muchos aspectos de la vida cotidiana han tenido un giro rotundo. No se puede negar que la tecnología facilita muchas situaciones del día a día, y que constantemente uno busca de su ayuda para realizar diferentes actividades.

Dejando de lado todos sus beneficios, es importante que cada ciudadano aprenda a generar hábitos que no dependan exclusivamente de la tecnología, ya que su uso excesivo genera grandes impactos en el medio ambiente.

Ya sea si uno utiliza electricidad, algún medio de transporte, calefacción, entre otros elementos, se está desechando algún tipo de contaminante, el cual impacta directamente al medio ambiente. Por ese motivo es importante empezar a ser conscientes de los usos que uno le da a la tecnología, y así darles a cada aparato una vida útil y duradera.

La etiqueta energética

La etiqueta energética es una indicación que se encuentra en la mayoría de los electrodomésticos, pero no todas las personas conocen su verdadero significado. Se trata de una herramienta que permite entender de manera rápida y sencilla cuál es el nivel de eficiencia energética de ese electrodoméstico.

Se encuentra siempre en forma de adhesivo y con una escala de colores y letras que van desde la A hasta la G. La mayor eficiencia lo indica el color verde (A) y la menor eficiencia el color rojo (G).

Esta etiqueta es una herramienta súper útil para comenzar a ser consumidores más responsables y sobre todo estar informados sobre la relación del consumo energético y el medio ambiente.

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¿Cómo lograr un consumo eficiente en casa?

El cambio siempre arranca por uno. A continuación, algunos consejos para realizar un uso consciente de la energía en el hogar.

¿De qué se trata el consumo eficiente?

Hay varias perspectivas para definir el concepto de “consumo eficiente” o “eficiencia energética”. A grandes rasgos, se lo puede definir como buscar la manera de, al momento de realizar una actividad, reducir lo máximo posible el uso de la energía. De esa manera se reducen ciertos riesgos ambientales en relación a ese gasto energético, es decir, el enfoque esta en utilizar solo lo necesario y a lo mejor buscar energías alternativas más caseras para solucionarlo.

¿Por qué pensar en todo esto?

La realidad es que hoy en día el ser humano no puede escapar de la energía, vaya donde vaya necesitará de ella para realizar alguna actividad. Por ese motivo, es importante ser consciente de su presencia constante en la rutina y poder aprender a ahorrar su consumo y así ayudar no solo en lo económico de cada uno, sino también en lo ambiental. Además, es importante tener en cuenta que todas las actividades que solemos realizar con las tecnologías dejan una huella de carbono, es decir una serie de gases de efecto invernadero que se liberan de esa acción y que uno nunca es consciente de ello.

Consejos para lograr un consumo eficiente

  • Iluminación: en todo ambiente del hogar, lo más importante es aprovechar al máximo la luz natural (durante el día no es necesario tener ninguna luz encendida). De la misma manera, intentar mantener el hábito de apagar todas las luces que no se estén utilizando, asimismo, cuando uno se va de casa por muchas horas se recomienda revisar que este todo apagado. En lo posible, elegir lámparas que tengan un uso bajo de electricidad (LED por ejemplo) y mantenerlas limpias siempre.
  • Lavarropas: Este punto tiene que ver con un uso eficiente del agua. En primer lugar, poner en uso el lavarropas una vez que esté lleno y utilizarlo en modo ahorro. Asimismo, intentar no usar una cantidad de jabón excesivo ya que la espuma le genera un mayor trabajo al lavarropas.

  • Aire acondicionados/ventilador: En los días de mucho calor es preferible evitar que ingrese la luz solar durante las horas más calurosas y de manera contraria, ventilar en los momentos más frescos del día, es decir el amanecer o por la mañana bien temprano.
  • Tecnologías de uso cotidiano: desenchufar todos los cargadores que no estén siendo utilizados: televisor, consolas, celulares, tablet, computadoras, entre otros. Aunque los artefactos estén apagados, siguen enchufados a la fuente por lo tanto siguen consumiendo energía.
  • Heladera: importante acostumbrar a todos los habitantes del hogar de que la heladera no se puede abrir muchas veces al día, ni tampoco estar abierta por mucho tiempo. La recuperación de ese frio perdido le cuesta mucha energía a la heladera. Asimismo, intentar mantenerla limpia y desenchufarla cuando no esté en uso.