De forma individual o grupal, la adrenalina y la diversión están aseguradas
El sueño más ambicioso del hombre, una capacidad con la que muchos fantasean, que algunos pocos se animan a probar y que en definitiva es físicamente imposible por medios propios. Sin embargo, con la ayuda de un emprendimiento asentado en la localidad de General Rodríguez, provincia de Buenos Aires, aprender a volar se vuelve algo real.
“Todo comenzó como un sueño”. Inspirados en otros túneles del mundo, los creadores de Vuela presentan el servicio que se inauguró en 2015: “La idea de este proyecto nació en el año 2012 y fue llevado adelante por la familia Calvagni. Luego de realizar distintas maquetas y ensayos a escala, se coordinó la fabricación y la puesta en funcionamiento”.
Se trata de una empresa familiar, por lo que el clima siempre es ameno y hay hermanos, cuñados, amigos que trabajan en pos de entregar una experiencia que describen como “única”. El staff se completa con instructores que realizaron el curso en Vuela, algunos de ellos, además paracaidistas.
Cómo funciona el túnel de viento en “Vuela”
Vuela es un túnel de viento de tipo cerrado, tiene 33 metros de altura y está equipado en su parte superior por 4 motores eléctricos de alta potencia (1000 hp) que generan un flujo de aire ascendente permitiendo que las personas puedan flotar suspendidas en el viento.
El diámetro del área de vuelo es de 4 metros y alcanza una velocidad de viento de 250 km/h. La velocidad depende de las contexturas de las personas que vuelan y de las figuras que quieran representar en el viento.
Volar en un túnel de viento no solo es una actividad de entretenimiento sino que además permite al paracaidista entrenar los vuelos que va a realizar posteriormente al saltar desde el avión. Es una herramienta beneficiosa para aprender a volar, practicar ejercicios y permite a los experimentados entrar hasta de 4 personas a la vez.
El sentimiento de volar con completa seguridad
Siguiendo con la explicación o al menos el intento de poner en palabras lo que se siente al ingresar en el túnel de viento, el vocero de Vuela define: “¡Es casi incomparable! Se vive la sensación y adrenalina de la caída libre sin saltar desde un avión. En un simulador la corriente de aire es controlada por lo que la actividad es 100% segura. De todos modos, no tiene mucha comparación con otra actividad ya que en un túnel de viento estás permanentemente suspendido en el viento. Es algo nunca experimentado”.
La seguridad es realmente una prioridad en Vuela, ya que aunque sea un ambiente controlado, puede funcionar también como preparación para paracaidismo y otras actividades donde es absolutamente necesario presatarle atención a la seguridad. El túnel de viento es entonces una actividad segura y supervisada en todo momento por los instructores de “Vuela”. De hecho, es tan seguro que resulta un plan para toda la familia, pudiéndose realizar a partir de los 6 años en adelante.}
Después de 5 años funcionando, “Vuela” traza una línea hacia el futuro, pero aferrándose a las bases. “Nuestro objetivo desde el principio siempre fue el mismo, potenciar este deporte de vuelo a nivel nacional, permitir el entrenamiento a paracaidistas y que cada vez más personas se animen a experimentar la sensación única de volar”, comentan.
En cuanto a los servicios, “Vuela” ofrece también un predio con 10000 metros de parque al aire libre, una carpa semicerrada con disponibilidad para 150 personas y servicio de catering que permite hacer festejos, cumpleaños y hasta eventos a empresas.