Hasta los años 70 vivió su etapa de esplendor gracias a las virtudes curativas de sus aguas, que reunían a toda la aristocracia del país. Pero su grandeza la llevó a su fin: un mal planeamiento urbanísticos derivó en una tragedia.
A 600 km de Buenos Aires, esta ciudad, perteneciente al departamento de Adolfo Alsina, fue fundada en 1921 a orillas del lago del mismo nombre, y llegó a tener cerca de 1.500 habitantes.
Lago Epecuén, se transformó en el balneario más exclusivo del país. Era el destino de moda de esa época y el lugar escogido por la aristocracia bonaerense como destino no solo para el ocio, sino también para curar enfermedades reumáticas y de la piel.
En 1985 una inundación provocada por una crecida del lago sumergió a la ciudad completamente bajo el agua, obligando a avacuar casi toda su población. El exceso de construcciones y la falta de obras que contrarrestaran los efectos de la mano del hombre fueron su perdición.
El muro de contención que había entre el lago y la villa no era lo suficientemente fuerte como para contener el agua del lago por mucho tiempo. Por eso, el 10 de noviembre de ese mismo año, una sudestada comenzó a gestar la catástrofe. La fuerza del agua fue tan potente que el muro que protegía al pueblo cedió y el lago creció de a un centímetro por hora. Luego de dos semanas esa pared que parecía de acero, cedió.
Sus aguas altamente mineralizadas eran famosas por su similitud con las propiedades del Mar Muerto. Por esta razón, el agua termal ha tenido una función curativa y la OMS (Organización Mundial de la Salud) la incluyó dentro de la medicina tradicional.
"Agua milagrosa", eso era. Les dio un estatus, trabajo, entidad y un nombre. Pero no todo fue color de rosas y lo bueno tampoco dura para siempre, al menos, eso fue lo que sucedió con Epecuén.
Posteriormente en los últimos años, el agua regresó a su estado original, pero dejó a su paso los escombros y los recuerdos de lo que alguna vez fue una pequeña ciudad, con futuro y proyectos. "Pese a que las ruinas son algo triste han generado un atractivo único, no existe un pueblo que haya sufrido un cataclismo así y en el que tiempo después se pueda transitar por sus calles".
Piscinas termales
El atractivo principal de los lugares turisticos son las piscinas termales y el spa; piletas cubiertas y climatizadas, con sectores de hidromasajes, bancos y tumbonas para acomodarse y descansar,
El recurso natural reviste un valor esencial para la comunidad de Carhué. La calidad del agua es la perlita de este complejo de piscinas. Se sabe que el hidrotermalismo puede tratar muchas afecciones, y las aguas hipermineralizadas de la laguna Epecuén son muy buscadas para mitigar enfermedades respiratorias, de la piel, reumatismos y trastornos musculares.
Volar sobre Carhué
Es una experiencia inolvidable para q uienes quieran tener un punto de vista privilegiado de este hermoso paraje a orillas del inmenso lago Epecuén. Se garantizan adrenalina y fotos únicas.
Allí, todos los días del año se realizan excursiones con aeronaves de pequeño porte y pilotos profesionales matriculados que llevan a los visitantes a realizar vuelos de bautismo en la zona sobre la misma ciudad de Carhué, el lago Epecuén, observando desde el aire las formaciones de Sierra de la Ventana y Pigüé.
Circuitos turisticos
Actualmente la ciudad dispone de varios circuitos turísticos que reviven aquella época de esplendor: El Matadero, Ruinas de Villa Epecuén, Playas sustentables, Spa termales y el Museo Regional de Adolfo Alsin.
Epecuén, es un destino turistico muy visitado por profesionales y aficionados de la fotografia, ya que sus llamativos atardeceres acompañados de un paisaje extraño y fascinante a la vez es un objetivo perfecto para capturar fotos unicas.