Conocemos las alfombras desde siempre. Las hemos visto en livings, comedores y dormitorios. Pero ¿Qué tal si les damos usos más innovadores? En esta nota les acercamos algunas ideas para sumarlas, entre otros lugares,  a espacios no convencionales.

1) En el exterior

Anímense a ponerlas en áreas externas, como por ejemplo, una galería. Las de fibras naturales, como las de yute o sisal, son muy resistentes, pero al mismo tiempo suman calidez  y combinan muy bien con los muebles de exterior. Pueden colocar una gran alfombra sobre la que se apoyen asientos y mesas, o varias de diferentes tamaños. Los colores claros, además, colaboran a la sensación de amplitud.

2) En la cocina

Otro uso innovador es este. Más aún si tenemos una casa de concepto abierto donde la cocina se conecta con la sala de estar, el comedor, u otros ambientes. Son óptimas para proteger los pisos de salpicaduras o, inclusive, del fuego. El único recaudo, en este caso, es que sean bien lavables y con tratamiento ignífugo.

3) En el hall de entrada

A veces las zonas de transición, como puede ser el recibidor, son partes de la casa a las cuales no les prestamos tanta atención. Una alfombra puede brindar mucho encanto  convirtiéndose en un punto focal.  Podemos optar por alguna colorida, estampada o de forma no tradicional.

4) En espacios reducidos

En ocasiones hay pequeños espacios que no sabemos bien cómo vestir. Además de elegir un lindo sillón, una lámpara, o un espejo, para darle más personalidad al lugar podemos poner una alfombra suave y mullida. Actualmente hay excelentes imitaciones de la piel de oveja que son “cruelty free”.

5) En ambientes completamente blancos

A veces, luego de un tiempo, puede ser que nos cansemos de los espacios completamente blancos. Las alfombras son una manera práctica para ornamentar con color y textura. Los Kilim, por ejemplo, dan un toque exótico y aportan vida si elegimos tonos cálidos.

6) En cuartos de los más chicos

Son especiales para los pequeños que siempre aman andar descalzos y jugar en el piso. Por supuesto habrá que elegirlas resistentes a manchas y al uso intensivo. También deben ser lavables.  Es importante que no resten espacio y que aporten vida a través de sus formas y sus colores.